La intervención del Banco de España fue determinante en la decisión de José Luis Méndez, exdirector general de Caixa Galicia, de renunciar a cobrar el blindaje que le correspondía por abandonar la caja cinco años antes de lo que legalmente podría corresponder. El regulador del sector financiero sugirió a Méndez que desistiese de su intención de cobrar más de 11 millones de euros por ese blindaje y apoyó su consejo en la delicada situación económica que estaba atravesando la entidad de ahorro que dirigía. Finalmente, el propio Méndez desveló el día que hizo pública su marcha ante el consejo su decisión "voluntaria" de no percibir esa cantidad millonaria, que en realidad se dispararía hasta los casi 18 millones de euros brutos.

En todo caso, el ex máximo dirigente de Caixa Galicia sí recibió otros 11 millones correspondientes a un plan de pensiones suscrito con la entidad y a un seguro y casi otros tres en concepto de liquidación. En realidad, la indemnización a José Luis Méndez habría superado los veinte millones de euros, una cifra que rebasaría lo percibido por José Luis Pego, Javier García de Paredes, Óscar García Estrada y Gregorio Gorriarán. Al menos otros cinco responsables de Novacaixa -entre ellos Juan Dapena y Julio Rivera, ex de Caixa Galicia- abandonaron la entidad, sin que hasta el momento se conozcan sus percepciones. La posición de NCG es que "no entra" en estos detalles.

El escándalo surgido tras la compensación económica recibida por los exdirectivos de Novacaixagalicia tenía una incógnita: el dinero percibido por el máximo dirigente de Caixa Galicia. Hasta ahora la versión oficial se limitaba a informar de que Méndez, de 66 años, había renunciado de forma "voluntaria" a la compensación por abandonar la caja cinco años de lo que le podría corresponder por ley. Sin embargo, según El Confidencial, la realidad es que esa renuncia había sido propiciada por el organismo supervisor que no aprobaba otorgar un premio millonario al directivo de una caja en una delicada situación económica, hasta el punto de que estaba abocada -como así fue en un primer momento- a solicitar más de 1.100 millones del Fondo de Reestructuración para fortalecer su capital.

La posición del Banco de España sobre la gestión en la última etapa de Caixa Galicia fue muy crítica, hasta el punto de que Miguel Ángel Fernández Ordóñez, responsable del organismo supervisor, impuso a Julio Fernández Gayoso, presidente de Caixanova, y José Luis Pego, director general, como las personas que debían pilotar el proceso de fusión de las cajas gallegas impulsada por la Xunta de Alberto Núñez Feijóo y que ha acabado con la práctica desaparición de las cajas.

En aquel proceso, José Luis Méndez quedó relegado, y por parte de Caixa Galicia participaron Mauro Varela, presidente de la caja y Javier García de Paredes, director general adjunto. Esa exclusión de Méndez -que se traduciría en su ausencia en los nuevos órganos de gobierno de Novacaixagalicia- fue la que, finalmente, le llevó a abandonar la entidad tras 29 años en la misma.

Pese a su marcha, en julio de 2010, Méndez se mantiene como presidente de la Fundación Caixa Galicia, un cargo que le permite gozar de despacho, coche, chófer y seguridad privada. Además, mantiene como presidente de Ahorro Corporación y ocupa el puesto de consejero en al menos otras cinco sociedades: Caser, Sacyr, Tecnocom, Terras Gauda, Reganosa. En todas ellas, en donde recibe las remuneraciones correspondientes, su presencia se justifica en representación de Novacaixagalicia.