Con lo difícil que es, el polémico decreto que prepara el Ministerio de Industria para meter la tijera a las primas a la eólica está consiguiendo que Xunta y sector se pongan de acuerdo en algo. En que la nueva regulación amenaza, y mucho, el futuro del también discutido concurso que hace casi un año repartió los 2.325 megavatios (MW) pendientes tras la decisión de los populares a la vuelta a San Caetano de anular el proceso impulsado por el bipartito. Pero hasta en eso hay matices. El Ejecutivo autonómico achaca el "cambio de escenario", en palabras del conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, a la normativa -con el respaldo ya del regulador energético-, que "dificulta la financiación" de los proyectos y genera "incertidumbre jurídica".

A todas esas quejas, los promotores suman las "debilidades extremas" de la puja pública impulsada por la Consellería de Economía y que quedan "en evidencia" ante la modificación del sistema de retribuciones por parte de Moncloa, con el que tampoco ahorran críticas por "bloquear" la actividad. Algunos de ellos sostienen que altos cargos del Gobierno autonómico y técnicos del Inega reconocieron que hasta 1.000 MW del concurso, un 40% del total, están en peligro porque las empresas no pueden llevar a cabo los planes industriales que les permitieron colarse en la lista de ganadores. "Sobre todo, porque eran irrealizables desde el principio y ahora totalmente imposibles sin inyección financiera", inciden.

"No renunciamos a nada", contesta Javier Guerra a este periódico, aunque sin descartar que haya "alguno" que no cumpla y se quede por el camino. "La mesa de seguimiento de los planes industriales -asegura- está para eso, algo que no tenía el anterior concurso". El conselleiro lamenta los "continuos palos en la rueda" . "Haremos todo lo que está en nuestra mano para sacar adelante la tramitación", reitera. Teóricamente, con el calendario que además les permitió arañar puntos, hay proyectos que a estas alturas deberían empezar a ver la luz. ¿La Xunta baraja una flexibilización de los plazos? "La mesa tendrá que ver cómo están los planes, si hay retrasos y analizar por qué. Pero no va a haber una flexibilización general", responde el conselleiro, que, una vez más, responsabiliza a la crisis y al Gobierno central de "la situación".

Parte de la argumentación choca con las alabanzas que el mismo Guerra lanzó sobre el reparto el 19 de noviembre del pasado 2010 durante el relatorio de las 38 compañías que conseguían molinos. "Hoy estamos hablando del mayor plan industrial de la historia de Galicia", dijo. La subasta era un "antídoto para la crisis". Ya entonces el panorama económico era lánguido y había problemas para conseguir crédito. "Así que eso no es una justificación -señalan desde una de las principales empresas que operan en el sector-. Ni la del recorte de primas, porque por aquella ya avisamos a la Xunta de que el sistema iba a cambiar".

A una media de 2,5 millones de euros por cada megavatio instalado, el concurso supone en los papeles casi 5.600 millones de euros, de los que 3.139 derivan de la construcción directa de los parques y 2.166 de los planes industriales con los que concurrieron las empresas. Tras el recálculo en base a la potencia que finalmente admitió a cada candidatura -controvertidísimo también por la interpretación legal que hizo la Xunta para evitar que 21 de los promotores no tuvieran otro remedio que monetarizar sus proyectos o renunciar a ellos-, muy de lejos la principal inyección tiene que venir de Gas Natural Fenosa, con 1.175,5 millones de euros comprometidos en varios proyectos. De la fabricación y comercialización de una bomba de calor geotérmica al "desarrollo de infraestructuras de distribución de electricidad no subvencionadas". Airosa, en la que está la constructora Copasa, asume casi 179 millones de euros en infraestructuras como el impulso a un nuevo hospital privado en Galicia o su propia "expansión" empresarial. Novagalicia, en medio de su asfixiada recapitalización, heredó de las cajas la obligación de gastar 328 millones. Y 160,3 más Estela Eólica, a vueltas con la incineradora para la que la Consellería de Medio Ambiente tendría que modificar su recién estrenado plan de residuos. Así, hasta esos casi 2.200 millones de euros.

Los pocos detalles que desde entonces se conocen sobre la resolución incluyen la monetarización de unos siete planes industriales y, por lo tanto, el ingreso en las arcas autonómicas de alrededor de 48 millones de euros. ¿Cuáles? No se sabe. ¿Cómo están los otros? Tampoco. En la resolución no figuran los plazos que cada uno aportó y que suponían un plus en los criterios de valoración que empleó la Consellería. Más puntos cuanto más pronto se hiciera. En principio, solo Iberdrola, líder en renovables. renunció. El concurso le reservaba 2 de los 460 MW a los que optaba.

"Es cierto que la crisis precipita todo, pero lo que está ocurriendo era lo esperado", señala otro de los grandes promotores en Galicia. "Hubo empresas que hicimos cálculos reales, a una media de 150.000 euros por megavatio y nos llamaron cutres. Otras se fueron a la irrealidad sabiendo que los planes eran imposibles", añade. "¿Quién va a financiar un nuevo hospital? Pero hoy y hace un año, ¡eh!", ejemplifica otro. Una opinión que se cuela incluso entre los principales beneficiarios del concurso, "ahogados" por la situación. Una parte del sector teme que la Xunta "intente maquillar, retocar" planes y plazos. "Lo primero que hubo encima de la mesa -dice un alto cargo de una de las ganadoras- fue otro concurso, pero en Presidencia no lo consentían. Sería admitir el fracaso".