Las bolsas europeas se volvieron a teñir ayer de rojo intenso, con unas pérdidas medias superiores al 3%, por la falta de detalles y las dudas de los inversores sobre las medidas aprobadas la semana pasada por la UE para frenar la crisis de la deuda. Se sacudieron así los excesos que la situaron en una media superior al 5%, a la espera también de la cumbre del G-20 que se celebrará el jueves y el viernes de esta semana. El Ibex se dejó ayer el 2,92%, pero octubre ha sido su mejor mes desde enero, al apuntarse un 4,78%.

Fueron varios hechos los que influyeron en la evolución bursátil de ayer en el conjunto de Europa. Uno de ellos, el más madrugador, fue el rumor de que el nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), el italiano Mario Draghi, suspenderá la compra de bonos periféricos. La reacción no se hizo esperar y se dispararon las primas de riesgo de Italia y de España, que llegó a los 352 puntos básicos. Estos niveles hicieron que el BCE reaccionase y comprase bonos de ambos países, pero no logró reducir las primas de riesgo a los niveles previos.

Sólo unas horas después, el Banco de España confirmó el estancamiento de la economía española en el tercer trimestre del año, una mala noticia si se une además a los datos del paro que se publicaron el pasado viernes y que sitúa el número de desempleados en casi 5 millones de personas.

Y para rematar, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hizo públicas sus previsiones para 2012, con un estancamiento en la zona euro y la ralentización de los otros grandes países del G20, sin descartar que se pueda producir una fuerte recesión.

En el parqué español los valores más castigados ayer fueron los bancos y las empresas más ligadas al consumo. La que más cayó fue la vasca Gamesa (-9,59%), pero en este caso por el efecto arrastre al anunciar su competidora Vestas que incumplirá los objetivos fijados para este año. Los valores que más sufrieron fueron Sacyr-Vallehermoso (-5,91%) y BBVA (-5,26%).