Era cuestión de tiempo. Ya en verano, el consejo de administración avaló el arranque de las negociaciones para salir del accionariado de Calvo. El banco cuenta con un 11% de los títulos a través de la sociedad Ponto Inversiones, en la que también están presentes Banca Cívica y la corporación en la que ha quedado Caja Castilla-La Mancha, ambas con un 25% de la sociedad, lo que les hace partícipes a cada una de 5,5% de la conservera. Las tres han encargado a Arcano y Ahorro Corporación la colocación del paquete, según publicó ayer el periódico económico Expansión.

La operación podría ir de los 53 a algo más de 74 millones de euros, lo que valoraría la compañía gallega entre 240 y 320 millones de euros. En todo caso, el hecho de que sea una participación sin vocación de control -más del 77% está en manos de la familia fundadora-, dificulta el camino para encontrar comprador y abre las puertas que el canje tenga que realizarse con algún tipo de descuento.

La estrategia de desinversiones aplicada por Novacaixagalicia antes de su conversión en banco permitió el ingreso de 141 millones por la venta del 24% de Pescanova, otros 123,4 millones de euros por sus acciones de EDP y 67,32 millones por la concesionaria portuguesa Brisa.