El primer ministro italiano, Mario Monti, presentó este domingo el nuevo plan de ajuste, que incluye tanto medidas de austeridad como nuevos impuestos para sumar un total de unos 30.000 millones de euros. Además, el paquete incluye elevar a los 66 años la edad de jubilación de hombres y mujeres para 2018.

"Este paquete de medidas debe salvar Italia. Lo pueden llamar decreto salva-Italia", afirmó Monti en rueda de prensa tras la reunión de urgencia del Gobierno para aprobar el plan, que ha durado más de tres horas. En palabras de Monti, estas medidas "pretenden garantizar la equidad, el crecimiento y la consolidación de nuestras finanzas públicas". Con ellas, Italia "dará un gran paso adelante".

El objetivo es la "distribución de los sacrificios con equidad". "Queremos que Italia se sienta orgullosa, que los italianos no se sientan burlados", ha apostillado. El propio Monti anunció que renuncia al salario que le corresponde por su cargo.

El primer ministro destacó además que la lucha contra la evasión fiscal "es una prioridad del Gobierno", lo que también implica que no se recurrirá a ningún tipo de amnistía fiscal.

En la rueda de prensa también estuvo presente la ministra de Trabajo y Política Social, quien entre lágrimas anunció el fin de las revisiones de las pensiones en función de la inflación excepto para las pensiones más bajas, lo que supondrá en la práctica una reducción de la paga para muchos jubilados.

Fornero explicó que el principio fundamental es que los trabajadores que se jubilen antes, recibirán menos pensión. Además, ha concretado que la edad de jubilación mínima será de 66 años para los hombres y de 62 para las mujeres, una cifra que se situará igualmente en los 66 años para mujeres en 2018.

A partir del 1 de enero de 2012 los trabajadores deberán tener al menos 42 años cotizados para poder recibir una pensión de jubilación completa. Si la cifra es menor, se penalizará económicamente. Además, habrá incentivos para los trabajadores que sigan trabajando hasta los 70 años.

Estos recortes sumarán entre 12 y 13.000 millones de euros, según explicó el viceministro de Economía, Vittorio Grilli, mientras que el resto hasta los 30.000 millones se sacará de nuevos impuestos. En concreto, habrá un nuevo impuesto sobre la propiedad que, según el presidente de la Asociación de Municipios Italianos, Graziano Delrio, supondrá entre 10 y 11.000 millones de euros.

El paquete aprobado este domingo por el Consejo de Ministros prevé un posible incremento de dos puntos en el IVA a partir de septiembre de 2012, además de nuevos impuestos sobre bienes de lujo como yates o coches de alto consumo de gasolina.

El plan incluye una liberalización de horarios comerciales y flexibilización de los sectores farmacéutico y del transporte para fomentar la competitividad. Sin embargo, no incluye el abaratamiento del despido previsto.