Los líderes europeos se plantean de nuevo que el Banco Central Europeo (BCE) financie al fondo de rescate de 440.000 millones de euros, al que se le otorgaría una licencia bancaria, con el objetivo de aumentar su potencia y frenar el contagio de la crisis de deuda a España e Italia, según han informado a Europa Press fuentes diplomáticas.

Esta idea, abanderada por Francia por considerarla la opción más eficaz para apalancar el fondo, se abandonó en la cumbre del Eurogrupo del 26 de octubre por la oposición de Berlín a cualquier implicación del BCE.

Sin embargo, el fracaso del plan para reforzar el mecanismo hasta alcanzar 1 billón de dólares -que se ha derrumbado debido al agravamiento de la crisis y al escaso interés de los países emergentes por contribuir a rescatara países europeos- ha resucitado la opción de recurrir a la ayuda de la autoridad monetaria.

La nueva propuesta, que será debatida por los líderes europeos en la cumbre del 8 y 9 de diciembre, consiste en adelantar a 2012 la puesta en marcha del fondo permanente, que en principio debía empezar a funcionar en 2013. Este fondo tiene más facilidad para apalancarse ya que no funciona únicamente con garantías, como el actual mecanismo, sino que contará con 80.000 millones de capital desembolsado.

La UE prosigue en paralelo las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que contribuya también a reforzar el fondo de rescate.

Los líderes europeos prevén modificar también las reglas del fondo para restringir al mínimo en el futuro la contribución de la banca a rescates de países de la eurozona. Se trata de dejar claro que el de Grecia, donde las entidades han tenido que asumir pérdidas del 50%, es un caso único y que en el futuro se aplicarán las directrices del Fondo Monetario Internacional (FMI) que establecen la participación del sector privado únicamente como último recurso.

También debatirán la posibilidad de crear eurobonos como una idea "a largo plazo", según las fuentes consultadas. No obstante, tanto Francia como Alemania han rechazado que esta idea, apoyada por España, sea una solución a la crisis.