El presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, considera que "los alemanes piensan que son los únicos virtuosos" en el debate sobre el rescate del euro, aunque se muestra optimista con vistas a la decisiva cumbre de la UE que se inicia hoy en Bruselas.

"A veces he encontrado curioso que Alemania se sintiera como si estuviese rodeado de pecadores de la estabilidad. En los últimos tres años ha habido siempre entre 9 y 11 países que tenían deudas públicas menores que Alemania", señala Juncker en una entrevista que publica el rotativo Süddeutsche Zeitung.

"Por ello -añade- sorprende que los alemanes piensen que como únicos virtuosos siempre tengan que pagar por los demás. Esto no es así".

El presidente del Eurogrupo cree que se debe reforzar las reglas para el euro y afirma: "Si eso solo es posible mediante la reforma de los tratados, cuenten conmigo. Pero exijo que se haga bien y rápido. La reforma debe ser limitada y no puede conllevar un debate y ratificación largos".

Juncker es partidario de una ampliación de los tratados que afecte a los 27 estados en su totalidad. Pero si no es posible, de un acuerdo para nuevas reglas solo para la Eurozona, aunque abiertas a todos.

Subraya que lo que no puede ser es que por ejemplo Gran Bretaña se reserve reglas especiales para su mercado financiero o un derecho social debilitado. "Ese no puede ser el precio de conseguir un tratado para los 27", señala.

"Nos enfrentamos a una enorme crisis de confianza. Por eso debemos demostrar al mundo que elaborar presupuestos correctos es una misión permanente de los países del euro y eso debemos establecerlo en las reglas. Por eso necesitamos un automatismo en el dictado de sanciones", subraya Juncker.

Por ello, Juncker se muestra contento de que París y Berlín se muevan por fin en esa dirección y comenta que es partidario de "una intervención máxima" de Bruselas en los planes presupuestarios nacionales, aunque no hasta el punto de que el tribunal europeo "anule por sentencia un presupuesto".

"Debe hacerse de manera que la Comisión Europea y los estados del euro dicten el volumen y puedan levantar el dedo amenazador si los planes atentan contra las reglas", dice Juncker, quien estima "exagerado" que Bruselas sea la responsable última de su autorización y exige que "se respete el derecho de los parlamentos nacionales de decidir sus presupuestos".

El presidente del Eurogrupo anhela que se resucite el espíritu de Maastricht, donde en diciembre de 1991 se produjo el nacimiento del euro. "Nadie creyó que lo conseguiríamos. Para nosotros el euro era política de paz con otros medios, la levadura en la masa de pan europea", recuerda.

Pese a las dificultades, Juncker considera que la cumbre de Bruselas será un éxito "si hacemos lo correcto" y "hacemos nuestros instrumentos como el fondo de rescate permanente mas flexibles, eficientes y con mayor capacidad de reacción. Esas son señales a los mercados que crean confianza".

Igualmente defiende la iniciativa de dotar al fondo de rescate de una licencia bancaria, propuesta que comparte con los presidentes de la Comisión y el Consejo de la UE, Jose Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy, frente a las resistencias de Alemania.

"Es una reflexión interesante", comenta el presidente del Eurogrupo, quien desea que la decisión al respecto "se tome en la cumbre. Considero erróneo oponerse de plano y antemano a la misma".