Seis años después de haber estrechado la mano de Fernando Martín ante las cámaras para plasmar el acuerdo de la venta de Fadesa y su absorción por Martinsa, Manuel Jove volverá a vérselas con el empresario madrileño.

La operación que en septiembre de 2006 le permitió ingresar 2.800 millones de euros le ha provocado muchos dolores de cabeza y dos batallas judiciales. La primera, librada en vísperas de Navidad, la ganó. La segunda está a punto de comenzar. El juicio, que arranca hoy, durará cuatro días en los que declararán 22 testigos, peritos de las partes, además de los demandados, Manuel Jove y su número dos en Fadesa, Antonio de la Morena; el propietario de Martinsa-Fadesa, Fernando Martín Álvarez, y su vicepresidente, Antonio Martín Criado.

Jove comparecerá esta mañana de nuevo en la sala de vistas del juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña y como De la Morena se enfrentará al interrogatorio de los abogados de Martinsa Fadesa y de la asociación de usuarios de banca, Adicae, para defenderse de una reclamación de 108 millones que la inmobiliaria de Martín y sus administradores concursales le exigen en compensación por la venta de unos terrenos en México supuestamente sobrevalorados.

A diferencia de la vista de diciembre, su testimonio será inmediatamente rebatido por su adversario, Fernando Martín -no fue citado en diciembre-, quien declarará como testigo justo después. El juez no le dejó ejercer personalmente la acusación en la causa, que ejerce su compañía.

El origen del conflicto está en una acción social de responsabilidad que Martinsa Fadesa y la administración concursal presentaron contra Jove y De la Morena en octubre de 2010 y que no se juzgó antes porque las partes intentaron llegar a un acuerdo que el juez rechazó en marzo pasado.

Los hechos se remontan a 2004, cuando una empresa de Manuel Jove adquirió unos terrenos -24,4 millones de metros cuadrados, con un precio de 581.294 euros, según la demanda- en el estado mexicano de Baja California. La compra se realizó al margen de la inmobiliaria porque esta no tenía intereses en la zona en ese momento y preparaba su salida a Bolsa.

Cuando los dos empresarios acordaron la compraventa de Fadesa, la parcela fue incluida en la negociación y pasó a formar parte del patrimonio de la inmobiliaria. Martinsa pagó a Jove 118,6 millones de euros a cambio, un precio que según el entorno del coruñés "fue avalado por Fernando Martín y Antonio Martín".

El acuerdo de compraventa y la posterior Oferta Pública de Adquisición (OPA) que Martinsa lanzó sobre el 100% del capital de Fadesa se firmó en septiembre de 2006. La defensa de Manuel Jove alega que para entonces la finca ya había sido recalificada; era urbanizable para usos turísticos y contaba con licencias de saneamiento y para el suministro de energía.

La acusación sostiene sin embargo que cuando se produjo el traspaso de la propiedad de esa parcela -el mismo día de la OPA- el terreno no había sido recalificado; su propietario solo había encargado a una empresa los trámites, por lo que su precio era menor. Martinsa acusa a Jove y a De la Morena de haber omitido una tasación que fijaba el precio real de la finca en 581.294 euros y que sus nuevos propietarios "no tuvieron tiempo de revisar la escritura" porque tomaron posesión ese mismo día.

Martinsa-Fadesa entiende que la operación fue el "instrumento técnico" que sirvió a Jove para obtener "un sobreprecio" por las acciones de la inmobiliaria que le vendió a Martín. El grupo resultante de la fusión de ambas firmas protagonizó la mayor suspensión de pagos de la historia de España en 2008.

La demanda que tendrá que dirimir el juez Pablo González-Carreró Fojón, el mismo que instruyó la suspensión de pagos de Fadesa, acusa a Jove y a De la Morena de diseñar "una maniobra dolosa" que causó daño "consciente y voluntariamente" a la sociedad "por ellos administrada", empobreciéndola en beneficio de la "sociedad vendedora", por lo que pide que se abone a la inmobiliaria la diferencia entre el precio exigido y los 9,8 millones que según un informe pericial que acompaña, valen las parcelas.