La mejora de la posición de España en los mercados financieros, tras conocerse el programa del Banco Central Europeo (BCE) para la compra de deuda de países en dificultades, ha sido aprovechada casi en tromba por grandes empresas españolas para buscar financiación. BBVA, Banesto, Iberdrola y Gas Natural estrenaron la semana siguiendo los pasos de Santander y Telefónica, que lideraron la reapertura del mercado de deuda corporativo la pasada semana.

Es una de las consecuencia del bautizado como "efecto Draghi". La prima de riesgo ha bajado con fuerza desde el pasado miércoles, cuando el BCE anunció sus planes. Ayer repuntó levemente y se situó en 414 puntos, lejos de los más de 630 que alcanzó en julio. Esa ventana ha sido aprovechada por las grandes empresas para colocar sus emisiones de deuda privada con precios más moderados. Durante los últimos meses, ese mercado había estado prácticamente cerrado para las empresas españolas, singularmente para los bancos.

Ocurre mientras el Gobierno mantiene la incógnita sobre la posible solicitud del rescate, condición exigida por el BCE para un programa de ayuda que tendrá condiciones. No obstante, el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Joaquín Almunia, aseveró ayer que las condiciones que se pueden exigir a España a cambio de apoyo financiero "no serán diferentes a las que ya se conocen", aunque sí podrían incluir plazos de cumplimiento más precisos.

"Es verdad que hay condicionalidad, todo memorándum de entendimiento va asociado a una condicionalidad, pero las condiciones creo que no van a ser, en el caso de que se llegue a ese memorándum, diferentes a las que ya se conocen", señaló Almunia. "Otra cosa es que vayan a ser más precisas en cuanto a fechas de adopción de decisiones o de cumplimento", añadió.

El Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, ratificó ayer su confianza en la legitimidad del fondo de rescate permanente -MEDE- a la espera de que el Tribunal Constitucional dicte sentencia -previsiblemente mañana- sobre las demandas presentadas por su supuesta inconstitucionalidad. Un informe elaborado por expertos del servicio asesor del Bundestag (cámara baja) concluye que el MEDE podría violar la soberanía del Parlamento sobre los presupuestos del Estado. Sin embargo, otro estudio de la Fundación Bertelsmann asegura que la ratificación del MEDE por las dos cámaras parlamentarias alemanas se atiene a la Constitución del país.

El economista Luis Garicano, profesor en la London School of Economist, integrante del INET (Institut for New Economic Thinking, un consejo asesor europeo), miembro de FEDEA y consejero de Liberbank, ha mostrado su reticencias al plan de compra de deuda soberana anunciado por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. Y es que, en su opinión, solo servirá para que España gane algo más de tiempo, pero no solucionará sus problemas.

El gran defecto o tara de este plan es, según Garicano, su condicionalidad, porque deja las decisiones claves en manos de los políticos. En un artículo titulado ¿Será duradero el alivio?, publicado en el blog Nada es gratis, el economista asegura que "condicionar la política monetaria que se supone necesaria para la supervivencia del euro a decisiones de políticos nacionales", sólo "es una receta para el caos".

Garicano remarca el rechazo del banco central alemán (Bundesbank) y de su presidente, Jens Weidmann, al plan de Draghi, lo que "supone que los inversores siempre tendrán la duda de cómo de ilimitada va a ser la intervención". "Las dudas en sí mismas hacen la intervención inefectiva", añade.

Y todo esto pendiente de que el Tribunal Constitucional germano falle esta misma semana sobre el fondo de rescate permanente MEDE, y sabiendo ya que Finlandia rechaza modificar las condiciones del rescate de Grecia, lo que hace dudar de que dé su visto bueno a una nueva intervención para España -ya forzó unas garantías expresas a su favor para aceptar el rescate a la banca-. Por si todo esto fuera poco, añade Garicano, aún no se sabe qué va a hacer el Gobierno de España ni qué condiciones aceptaría a cambio de más ayuda.

"En fin, que desgraciadamente, no lo veo (...) El impacto en los mercados de deuda en los últimos días ha sido fabuloso -y ojalá lo siga siendo- pero no veo como este alivio puede ser duradero", concluye el economista.