La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) anunció ayer, a mes y medio de las elecciones presidenciales, una nueva inyección de liquidez (de 40.000 millones de dólares mensuales, equivalentes a 30.861 millones de euros, para la compra de títulos respaldados por hipotecas) para impulsar la economía y prorrogó en medio año más (hasta mediados de 2015) su compromiso de mantener los tipos de interés a niveles excepcionalmente bajos: entre el 0% y el 0,25% actuales. El nuevo programa de impulso nace sin fecha límite.

Todo ello, dijo el presidente de la FED, Ben Bernanke, tiene como finalidad intentar relanzar la economía: el desempleo, señaló, es una "grave preocupación" y aunque la economía estadounidense parece estar "avanzando", las perspectivas siguen siendo, dijo, "inciertas".

El organismo dirigido por Ben Bernanke indicó que si a esta nueva actuación se suma la llamada operación Twist, que ya estaba en marcha (consistente en un canje de bonos a corto plazo por otros a largo y que amplía el vencimiento medio de la cartera de valores en poder de la FED), su nivel de compras de títulos de deuda pública y privada alcanzará cerca de los 85.000 millones de dólares (65.580 millones de euros) al mes.

"Estas medidas deberían añadir presión a la baja en los tipos de interés a largo plazo, apoyar los mercados hipotecarios y ayudar a hacer que las condiciones financieras en general sean más acomodaticias", agregó la Reserva Federal.

La FED anunció que vigilará de cerca la evolución económica y financiera y aseguró que, si no mejoran de forma sustancial las perspectivas para el mercado laboral, continuará con "la compra de valores hipotecarios", hará compras adicionales de activos y empleará otras herramientas hasta que se logre la mejora en un contexto de estabilidad de precios.

La FED pone en marcha así su tercer programa de compra de títulos desde el inicio de la crisis financiera en 2008, denominado Quantitative Easing, tras los de 2009 y 2010 por importe de 1,7 billones de dólares y 600.000 millones de dólares respectivamente. La FED ve riesgos aún para la economía pero no aprecia tensiones inflacionarias.