Casi la mitad de los trabajadores gallegos en activo no llega a los mil euros de nómina al mes. Son otros 566.000 los contribuyentes de la comunidad que están por debajo de los 12.000 euros anuales. La subida del IRPF, primera medida impositiva aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy, hace mella especialmente en el colectivo peor remunerado de Galicia y en los trabajadores ya retirados de la vida laboral. El Ministerio de Hacienda cifró en 873.886 los declarantes gallegos afectados por el incremento del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). De estas personas, cerca de 378.000 cobran menos de mil euros al mes -rentas de entre 10 y 20.000 euros brutos al año-.

Además, ascienden a 47.000 los jubilados afectados por esta medida para reducir el déficit del Estado, lo que implica que la mitad de todos los perjudicados por el incremento de este impuesto directo son trabajadores con nóminas bajas y personas ya retiradas del mercado laboral. Según los cálculos oficiales del Ministerio de Hacienda, 143.659 trabajadores gallegos que declaran percibir menos de 10.000 euros brutos anuales también se verán afectados por la medida, aunque su impacto en los ingresos por rendimientos del trabajo no alcanza los 14 euros al año.

Con esta medida el Ejecutivo de Mariano Rajoy pretende recaudar 253,6 millones de euros de los trabajadores gallegos, y el impacto en la media de los ciudadanos de la comunidad será de 290,18 euros cada año. Su incidencia por tramos, sin embargo, será, al vincularse al rendimiento del trabajo, muy diferente. Así, las rentas de más de 600.000 euros al año -solo 271 en 2009, aunque en 2010 se redujeron casi a la mitad, a 139- aportarán unos 17,4 millones de euros en la comunidad.

La estructura laboral gallega, con casi la mitad de trabajadores mileuristas, hace que sea la franja de entre menos de 10.000 y 30.000 euros anuales los que más aporten a las arcas del Estado solo a raíz de la subida del IRPF, con un impacto de más de 66 millones de euros.

Las rentas superiores a los 600.000 euros aportan a raíz de la subida de tipos 64.383,34 euros más al fisco, por los 20.398,10 de un salario de entre 300.000 y 600.000 euros, según datos oficiales del departamento que dirige Cristóbal Montoro. Los mileuristas tendrán que poner casi 70 euros más al año en concepto de impuesto de IRPF, por los 215,94 euros que se dejarán notar en las nóminas de entre 20.000 y 30.000 euros brutos anuales.

Las 80.097 personas cotizantes que cobran entre 30.000 y 40.000 euros cada año perderán 434,6 euros en sus retribuciones. Las rentas medias -hasta 30.000 euros- aportarán tres veces más al Estado que las que rondan los 200.000 y los 300.000 euros. Las primeras supondrán una pérdida de 40 millones anuales en los trabajadores con esta franja salarial, por los 10 millones de media que saldrán de los altos salarios.

Esta es la incidencia que tiene en Galicia la medida aplicada por el Gobierno para aumentar la recaudación y reducir así el déficit del Estado. Sin embargo, podría no ser la última reforma del impuesto al trabajo pues algunos expertos apuntan ya a una nueva subida el próximo año.