El Gobierno de Mariano Rajoy pretende impulsar en el último trimestre del año la reforma del calendario laboral para "eliminar disfunciones" y adaptarlo a las necesidades de competitividad de las empresas. La idea es reducir los puentes festivos a partir de 2013 y trasladar los días de fiesta a los lunes, "salvo las fiestas de mayor arraigo social". Esta pretensión ya la había anunciado Rajoy en su discurso de investidura en diciembre del pasado año.

Sindicatos y patronal llegaron a un acuerdo en enero de 2011 y presentaron al anterior Gobierno una propuesta para 2012 por la que el 15 de agosto (Asunción), el 1 de noviembre (Todos los Santos) y el 6 de diciembre (la Constitución) se trasladarían al lunes. Por contra, Año Nuevo (1 de enero), Navidad (25 de diciembre), la Fiesta del Trabajo (1 de mayo) y la Fiesta Nacional (12 de octubre) serán las fechas que no se podrán mover. Sindicatos y patronal se decantaron por trasladar al lunes el 6 de diciembre (Día de la Constitución) en lugar del 8 de diciembre (Inmaculada Concepción). Aquella propuesta no llegó a ejecutarse.

Absentismo

Otra de las reformas que impulsará el Gobierno en materia laboral es la modificación de la normativa por la que se rigen las mutuas de trabajo y enfermedades profesionales, para que "contribuyan en mayor medida a la lucha contra el absentismo".