La firma de moda Caramelo ha solicitado esta mañana el concurso voluntario de acreedores en el Juzgado Mercantil de A Coruña ante la "extrema situación que atraviesa" la compañía, según informa la empresa en un comunicado. Una vez sea aprobado el concurso de acreedores, la compañía volverá a presentar un ERE cuyas condiciones se concretarán "en las próximas semanas". Se trata de la segunda vez que Caramelo inicia los trámites previos a la declaración de concurso de acreedores. En 2009, las pérdidas de 55 millones de euros llevaron al grupo textil a solicitar un preconcurso de acreedorespreconcurso de acreedores y un Expediente de Regulación de Empleo para 237 trabajadores, que supuso además, la deslocalización de la producción de la fábrica de A Grela a países como China y Turquía.237 trabajadoresdeslocalización de la producción de la fábrica de A Grela

De acuerdo con la información facilitada por la empresa, en esta ocasión, las pérdidas operativas ascendieron a 15 millones de euros en el último ejercicio. La dirección de Caramelo ha informado esta misma mañana al comité de empresa y al conjunto de la plantilla sobre la decisión de solicitar el concurso voluntario de acreedores que, según fuentes de la compañía, "obedece a las recurrentes pérdidas de explotación de los últimos años y en particular a la constatación de la caída de las ventas del primer trimestre de 2013, que hacen prever un volumen de déficit de caja para este ejercicio incluso superior al de 2012, que la compañía es ya incapaz de afrontar".

La dirección añade también que "la actividad de Caramelo se ha visto seriamente dañada por la profunda crisis de consumo que afecta a toda Europa y, de forma particular a España, mercado al que la empresa ha estado excesivamente expuesta en los últimos años.

La intención ahora de la empresa controlada por Inveravante, la corporación de Manuel Jove, es dar "viabilidad" a Caramelo con la entrada de nuevos socios en su capital. Los responsables de Caramelo avanzan que "la presentación del concurso de acreedores abre una nueva etapa" en la historia de la firma, que "necesariamente conduce a un profundo redimensionamiento de la empresa textil, con el objetivo de mantener únicamente las unidades de negocio que sean rentables para conseguir la viabilidad, a la vez que su apertura a la incorporación de nuevos inversores, que puedan participar en la compañía y aportar sinergias de gestión".