Las panaderías tradicionales están alerta ante una posible subida del IVA del pan como consecuencia de las recomendaciones de Bruselas a España, que insta a subir los impuestos de los productos que tributan al tipo superreducido, el 4%. La patronal española del sector, Ceopan, mostró esta semana su rechazo a esta medida y recordó que la industria ya sufre un importante descenso del consumo como consecuencia de la crisis económica. Galicia no es una excepción. Pese a que es la cuarta comunidad de España con un mayor consumo de pan per cápita, en estos años de dificultades económicas la demanda de este producto ha caído casi un 20%. Mientras que en 2008 se comercializaron en la comunidad gallega 153.101 toneladas de pan, el año pasado las ventas descendieron hasta las 124.061 toneladas, un 19% menos. Mientras, el consumo por persona bajó de los 51,01 kilos de hace cinco años a los 43,79 del pasado ejercicio. Por delante de Galicia solo están Navarra (con 46,23 kilos por persona y año), Asturias (44,71) y Castilla y León (44,47).

El valor total del pan comercializado en Galicia también bajó un 17%, tras pasar de los 366 millones de euros de 2008 a los 302,5 de 2012, pues el precio medio del kilo de producto solo subió cinco céntimos en esos cuatro años, desde los 2,39 euros hasta los 2,44. Mientras, el gasto medio por persona bajó de los 121,96 euros al año a los 106,78, lo que avala la teoría de los profesionales de panaderías tradicionales de que muchos clientes, ante las dificultades económicas, recurren al pan "de supermercados y grandes superficies, más barato pero de menor calidad".

Precisamente, el descenso de la facturación se concentra fundamentalmente en los establecimientos tradicionales, frente a las grandes superficies, que mantienen sus números al recurrir a ofertas agresivas para atraer a los clientes. El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios Fabricantes de Pan de A Coruña, Enrique Díaz Novás, asegura que las ventas en las panaderías tradicionales han descendido entre un 20 y un 30% y que en los últimos dos años cerraron en la provincia más de una decena establecimientos "de toda la vida".

El aumento del paro y la pérdida de ingresos familiares afectan a la compra de productos hasta ahora considerados esenciales. "Y con las grandes superficies comerciales no podemos competir. Usan el pan como reclamo, a muy bajo precio, y lo que pierden en el pan lo recuperan en los otros productos que ponen alrededor", resume Díaz.

En España el consumo de pan pasó de los 134 kilos per cápita de media en 1964, a 35,87 en 2012. De hecho, la patronal española Ceopan asegura que las cifras son las más bajas de los países de la UE. "La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere una ingesta de 250 gramos por persona y día y en nuestro país el consumo ha ido descendiendo drástica y sucesivamente hasta situarse hoy en tan sólo 100 gramos", resume Ceopan. También se aprecia una caída de la facturación como consecuencia de los cambios que se están produciendo en los productos y en los lugares de venta, con una pérdida progresiva de la tienda tradicional y un aumento en la distribución organizada. Según los últimos datos, la panadería tradicional es el canal de venta del 42,1% del pan, con una caída del 1,4%, frente al supermercado, con un 34,6% de las ventas y un alza del 1,5%, y la tienda de conveniencia, que asumiría el 6,9% de las ventas.

Una subida del IVA a este producto básico en la cesta de la compra sería la puntilla para un sector que ya pasa por muchas dificultades y acarrearía la pérdida de "miles de puestos de trabajo", según la patronal española Ceopan. Para evitarlo, insta a elevar los niveles de consumo a los de la mayoría de países de la Unión Europea.