La historia de las dos centenarias entidades de ahorro de Galicia parece abonada a los finales de año de vértigo. El de 1842, con el ensayo fallido para la primera caja coruñesa. En 1880, la de Vigo. Un primitivo sector financiero autonómico que se revolucionó en diciembre de 2010 con la celebración de un matrimonio, al borde del precipicio tan solo dos meses después, bancarizado, que acumula más de 9.000 millones de euros de ayudas públicas y que su principal dueño, el Estado, está a punto de colocar en manos privadas, otra vez en el filo del actual ejercicio.

Será a través de una subasta que, sin apertura oficial todavía, despierta una enorme expectación en casi todo el sector y en una comunidad que necesita crédito tras soportar el mayor recorte en financiación del país, y garantías para evitar la desaparición de la labor social acumulada.

EA la espera de la señal oficial. En el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) insistían el pasado jueves en que los candidatos para hacerse con Novagalicia están aún mirando la radiografía encargada a BNP Paribas para la subasta. El inicio de la fase final dependerá de la existencia de un interés real en la compra. Lo hay. Otra cosa, recuerdan en el sector, es que "el apetito convenza" al Estado. "Desde luego, entre nosotros se da por hecho que habrá venta", comentan en la cúpula de uno de los pretendientes del banco gallego. El calendario desglosado por los responsables del FROB fijaba el concurso para esta primera quincena de noviembre, por lo que el esperado anuncio podría ser "cuestión de días", pero el proceso es difícil que se cierre dentro de ese plazo, con lo que es probable que quede para finales de mes.

ELos 1.500 millones. Antonio Carrascosa, director general del FROB, apuntó ese objetivo hace justo un mes. ¿Un precio de salida en firme? No. La operación de Novagalicia tiene poco de subasta convencional y la mayoría de las fuentes consultadas miran esa cantidad como uno de los innumerables ingredientes que del lado del vendedor y del bando de los aspirantes lanzan para "calentar" el proceso. La opción de desinversión en la cartera de créditos fallidos podría condicionar la cifra final, en la que el Gobierno incluirá la venta de participadas y los 60 millones pagados por EVO para sacar brillo al balance.

Independencia absorción, mantenimiento de marca o alianzas. Precisamente por la peculiaridad que rodea a la puja, sobre la mesa hay un abanico de diferentes propuestas para digerir la operación. A las clásicas de una entidad independiente con la adquisición por inversores foráneos o la disolución en otro grupo financiero se suman ahora la opción de que si el ganador es un banco, la marca se mantenga o que alguna de las entidades se alíe con algún fondo que permita engordar la propuesta e, incluso, repartir negocio.

La polémica de los fondos. Si no hay sorpresas, a Guggenheim se le da por seguro. De hecho, Antonio Carrascosa habló literalmente de un fondo realmente interesado y "un par más" a los que ni él colocó en la línea de salida. En el sector se especula con JC Flowers, Anchorase y WL Ross. Pero nadie se atreve a asegurar que formalicen una oferta. Como condición a su idoneidad, el Banco de España les impone una fianza que ronda los 800 millones y un plazo mínimo de permanencia de cinco años. Y eso a pesar de que el número dos del Ministerio de Economía aseguró la semana pasada que las condiciones serían las mismas para cualquier competidor. Aunque con esta vía se trabajaba desde antes de la llegada de José María Castellano a la presidencia, lo cierto es que ni siquiera NCG tenía claro su encaje y en las cuentas de 2012 daba por segura su integración en otro grupo financiero.

ELos bancos aprietan. Tras el desmarque confirmado de Banco Popular, interesado realmente en mirar las tripas de NCG, y el esperado de Unicaja, son dos los candidatos virtuales de la banca -BBVA y Santander- y dos, Caixabank y Banesco, dispuestos a ir a la fase definitiva. Sus respectivos gestores intensificaron estos días el mensaje crítico hacia los fondos de inversión extranjeros y su supuesta incapacidad para liderar un proyecto de futuro para NCG ante su modus operandi: buscar rentabilidad y vender la participación con beneficios. "Esto no es un problema de recapitalización -apuntan en un gran banco español-. Es de estabilidad de la marca".

E¿Otro ajuste? Bruselas y el 'term sheet'. Los partidarios de los fondos achacan a los bancos la duplicidad de red y un necesario recorte de plantilla y servicios centrales para asumir la operación. Los partidarios de la banca dan por hecho que los inversores aplicarán un recorte a los sueldos y al personal para mejorar los números y lograr sus objetivos de rendimiento a su dinero. Novagalicia va por su cuarto ERE y tiene dotados este año unos 80 millones de euros para él y el plan de racionalización de las sedes de Vigo y A Coruña. El term sheet firmado con Bruselas concreta el adelgazamiento previsto a cambio de la última inyección de 5.400 millones. Es la primera entidad del rescate en venta. Lo que abre la interrogante de si hay margen para que las autoridades europeas permitan retocar esas condiciones.

El crédito y la labor social. Dos necesidades en las que, sí, coinciden absolutamente todos los protagonistas y que, sin duda, estarán en la letra pequeña de la adjudicación. A eso se agarra el presidente de la Xunta para dar su opinión. Isidro Fainé, presidente de CaixaBank, se reunió con él. Guggenheim quiere hacerlo. "Si es el Gobierno el que decide, la política también está en la subasta", advierten en el sector.