La negociación del ERE de Cerámicas O Castro, en el que la empresa pronto desveló los nombres de las 29 trabajadoras elegidas, no tranquilizó a quienes se salvaron del despido. Las empleadas y los sindicatos comparten el temor de que la emblemática factoría de O Castro, donde Isaac Díaz Pardo puso, en 1949, los cimientos del actual grupo confeccionando juegos de café y cerámica exclusiva desaparezca. En la planta quedarán 46 trabajadores y solo 17 pertenecen al equipo de producción artesanal de cerámica. "Esto así es insostenible", se quejaban ayer un grupo de extrabajadores de la planta.

En la negociación, el comité de empresa no se cansó de repetir hasta la saciedad a los responsables de la Xunta, a los del Ayuntamiento de Sada y a los grupos de la oposición que, si la empresa decide unificar la producción en una sola planta, con toda probabilidad será en Cervo (Lugo), con instalaciones más modernas.

"La actitud de la Xunta y del Ayuntamiento de Sada fue lamentable", se quejó Victorino Ares, de la CIG, mientras que Roberto Teixido lamentó las palabras del conselleiro de Industria, Francisco Conde, que pidió al comité que mostrase voluntad negociadora. Precisamente ayer, los asesores de UGT, Diego Lestón y David López-Rioboo, recordaban la responsabilidad mostrada por los trabajadores, que pudiendo acudir a los tribunales por varios incumplimientos de lo pactado en los ERE temporales, no lo hicieron por salvar la empresa.