La asamblea de trabajadores de Emesa, con una fábrica en Coirós, decidió ayer rechazar la última propuesta de ajuste laboral planteado por la dirección de la compañía, que reducía tanto el número de despidos -de los 46 iniciales a 30- como la duración del ERE temporal para otros 59 empleados, que pasaría de 18 meses a solo ocho. La plantilla considera que las medidas de ajuste propuestas por la firma dependiente del grupo Isolux Corsán son "injustificadas" y que la falta de carga de trabajo de la fábrica se debe a la propia actuación de la empresa matriz, "que subcontrata obras a otras empresas ajenas al grupo".

El comité de empresa estaba en contra de los recortes de personal planteados por la metalúrgica y los trabajadores refrendaron ayer esa postura a pesar de que la última oferta también mejoraba las indemnizaciones para los despedidos -desde el mínimo legal de 20 días por año trabajado y un máximo de 12 mensualidades de la primera propuesta hasta los 29 días y 16 meses de la última- y suponía el pago de las tres pagas extra íntegras a los empleados incluidos en el expediente de regulación de empleo temporal.

El periodo de consultas del plan de ajuste concluyó la semana pasada con ese último planteamiento de los directivos de Elaborados Metálicos y, al no haber acuerdo entre las dos partes, ahora la compañía podría retomar el programa de recortes diseñado inicialmente, con 46 despidos y un ERE temporal de 18 meses para 59 empleados.

"No sabemos si finalmente la compañía planteará despedir a 46 trabajadores o se quedará con su última oferta, de 30. En el caso del expediente temporal se comprometió verbalmente durante la negociación a que, hubiese acuerdo o no, lo plantearía para ochos meses, y no 18 como al principio. Pero fue un acuerdo de palabra, por lo que no tenemos garantías", explicó el presidente del comité de empresa de Emesa, Óscar Iglesias, que remarcó que, ante el plan de ajustes planteado por la metalúrgica y la falta de acuerdo, a la plantilla solo le queda recurrir a los tribunales.

Los trabajadores ven "más lógico" que el ERE temporal tenga una duración de ocho meses, pues la dirección de la firma asegura que cuenta con carga de trabajo hasta agosto, pero critican que detrás de los ajustes de personal no haya un plan de viabilidad que garantice el futuro de la compañía. "No sabemos qué puede ocurrir en agosto, pasados esos ocho meses", sentenció Iglesias. Además, la mayoría de profesionales de la planta de Coirós ya no tiene derecho a prestación por desempleo tras haberla agotado durante los cinco ERE temporales aplicados en los últimos años, por lo que puede disfrutar de un máximo de seis meses de paro. "Pero la empresa ni siquiera garantiza que los 59 trabajadores incluidos en el ERE vayan a trabajar un mínimo de dos meses, por lo que podrían pasarse seis meses cobrando la prestación y otros dos sin ningún tipo de ingresos", denunció el presidente del comité de empresa de Emesa.

La metalúrgica cuenta en la actualidad con 150 empleados en la fábrica de Coirós, una plantilla que podría reducirse en las próximas semanas a 120 si la dirección despide a 30 profesionales o a 104 si opta por el primer planteamiento de 46 salidas. En 2009 la planta llegó a contar con 350 trabajadores en nómina, que se fueron reduciendo con los constantes ajustes laborales planteados por el grupo Isolux.