La buena noticia de que los transportistas recuperarán íntegramente el dinero del céntimo sanitario, cobrado "indebidamente" por el Gobierno durante una década, supone un "pequeño alivio" para el sector dentro de un escenario de crisis y dificultades en los últimos años. La actividad padece las consecuencias de la mala evolución de la economía, el descenso del consumo, el cierre de empresas y "la competencia desleal" de profesionales de otros países. Unos males que, en el caso de Galicia, provocaron que el parque móvil del transporte de mercancías por carretera perdiese 5.641 unidades desde 2010. A 1 de enero de ese año había en la comunidad gallega 34.894 vehículos autorizados y a 1 de julio de este año solo 29.253, lo que supone un descenso del 16% en estos cuatro años y medio, la pérdida de 54 camiones al mes, 3,4 al día, según los datos del Observatorio del Transporte de Mercancías por Carretera. Oferta y demanda publicado por el Ministerio de Fomento.

El grupo de transportistas que registró una mayor caída en el número de efectivos fue el que presta un servicio público -los que trabajan para otras empresas ("por cuenta ajena mediante retribución económica"-, con 3.899 camiones menos que en 2010, al pasar de los 23.862 vehículos de entonces a los 19.963 actuales. Mientras, en el caso del transporte de servicio privado -el realizado por cuenta propia, con camiones dependientes de la empresa propietaria de la mercancía- la reducción tuvo la misma proporción, del 16%, pero afectó a menos vehículos, un total de 1.742, al pasar de los 11.032 contabilizados a principios de 2010 a los 9.290 a 1 de julio de este año.

Los transportistas gallegos reconocen que el sector pasa por un mal momento "pese a las voces que apuntan a que la economía se está recuperando". "La reducción en el número de camiones se debe fundamentalmente a la crisis, al descenso de la actividad, del consumo, al cierre de empresas y a la deslocalización del servicio de transporte por parte de algunas compañías", resume el presidente de la agrupación gallega de transportistas Fetram, Fernando Teijeiro.

Los profesionales del sector afirman que en los últimos años hubo una leve mejoría en el transporte de mercancías por carretera como consecuencia del aumento de las exportaciones, pero temen que el freno en el crecimiento de la economía en países como Francia y Alemania provoque otro bajón de la actividad. "Lo único que creemos que es seguro es que hemos tocado fondo. Estamos bajo mínimos y nos afectan la competencia desleal y la deslocalización del transporte a países más baratos. Cada vez hay que ajustar más los precios y trabajar por debajo de costes", relata el portavoz de Fetram.

En el conjunto del Estado, el número de vehículos autorizados para transporte de mercancías por carretera descendió en 132.666, un 24%, al pasar de los 558.953 existentes en 2010 a los 426.287 del 1 del pasado julio. Un descenso que, según los transportistas, tiene su origen en la "competencia desleal" que sufren por parte de profesionales "de países del este". "Hay camioneros extranjeros que desajustan el mercado. ¿Cómo se entiende que España, con más de 40 millones de habitantes, tenga 100.000 autorizaciones para el transporte internacional y Polonia, con menos población, supere las 140.000?", plantea Teijeiro.

Los transportistas critican la "pasividad" de Bruselas y de las administraciones españolas sobre estas prácticas y exigen su intervención. "Ya está bien de que se mire para otro lado", sentencia el presidente de Fetram.

Este representante del sector asegura que no se vislumbra una mejoría en el sector y se remite a los datos para defender que aún no hay esa recuperación que "venden" los políticos. En el primer semestre de este año el parque móvil gallego perdió 683 unidades, más de 100 por mes, al pasar de las 19.936 del 1 de enero a las 29.253 de inicios de julio. "Estos datos dejan bien claro que aún no ha habido ningún tipo de recuperación y, si Alemania y Francia dejan de crecer, la situación puede ser peor", remarca Teijeiro. "Y el transporte interior está estancado, con leves repuntes en épocas en que tradicionalmente sube la actividad, como la Navidad. La situación es muy preocupante", añade.

Y a esa preocupación se suma la incertidumbre por los cambios normativos planteados en Portugal. El Gobierno luso pretende elevar la masa máxima autorizada de los camiones desde las 40 hasta las 60 toneladas, lo que supone pasar de llevar una carga útil de 24 toneladas a alrededor de 44. "Con esta situación el cliente, si puede elegir entre un camión español y uno luso, elegirá el portugués porque en un viaje lleva más mercancía. Y los más afectados somos los profesionales de las comunidades que comparten frontera con Portugal", concluye el líder de los transportistas gallegos.