La crisis de Alcoa crisis Alcoa derivada del mal resultado obtenido hace dos semanas en la subasta de la interrumpibilidad mal resultadosubasta interrumpibilidad -los incentivos en la tarifa eléctrica para grandes consumidores- amenaza a los 800 trabajadores directos de las plantas que la aluminera estadounidense tiene en A Coruña y Avilés (Asturias) pero también a otras fábricas dependientes de estas. La situación crítica de estas dos factorías puede arrastrar a otras que las tienen como principales clientes y a las que destinan buena parte de su producción. Es el caso de la planta que la propia Alcoa tiene en San Cibrao (Lugo), con 1.200 trabajadores, y de la fábrica de Ferroatlántica en A Coruña, en el polígono de Sabón, con más de un centenar de empleados.

"El problema pasó de serio a crítico. San Cibrao queda fuera de la extinción de contratos pero nosotros siempre hemos considerado las tres plantas como un grupo y, si este sistema sigue, difícilmente subsistiremos en el corto plazo", denunció ayer el presidente del comité de empresa de la fábrica lucense de Alcoa, José Luis Combarro, tras una reunión de distintos representantes de UGT y del PSOE en A Coruña para analizar la situación en que se encuentra la aluminera estadounidense. La planta de Lugo surte de alúmina a las dos gemelas de A Coruña y Avilés.

El representante de la plantilla de San Cibrao abogó por cambiar el sistema de interrumpibilidad y rectificar los "errores" del plan energético del Gobierno. "Hace unos meses el presidente de productos primarios de Alcoa para Europa [Martin Brière] ya pidió plazos más largos en los contratos de energía porque las políticas año a año impedían las inversiones", indicó Combarro sobre la inestabilidad e incertidumbre que supone un sistema que abre la puerta a escenarios muy distintos cada año.

El presidente del comité de empresa de San Cibrao también denunció que otros países como Islandia tienen precios de la energía "hasta tres veces más bajos" que en España, lo que favorece que las empresas apuesten por instalarse allí y abandonen los países más caros.

Los efectos de la crisis de Alcoa en A Coruña y Avilés, sin embargo, pueden extenderse fuera de la propia aluminera. La plantilla de la planta que Ferroatlántica tiene en Sabón teme ajustes derivados del posible cierre de las dos fábricas de Alcoa, principales clientes de la factoría. "Nos solidarizamos con Alcoa. Ferroatlántica fue a la subasta y parece que consiguió la potencia necesaria, lo malo es el precio. Alcoa A Coruña y Avilés son el principal cliente de nuestra fábrica, lo que complica nuestra situación", lamentó el portavoz del comité de empresa de Ferroatlántica en A Coruña, Francisco Blanco.

Al igual que el resto de representantes sindicales de las fábricas afectadas por el régimen de interrumpibilidad, Blanco aseguró que el actual sistema de subastas no es la solución y reclamó cambios en el marco regulatorio para evitar la incertidumbre actual. "No va a haber inversiones, la empresa ya nos avisó de que no va a hacer inversiones sin saber lo que pasará los próximos años", lamentó el representante de la plantilla de Ferroatlántica.

Los trabajadores de Alcoa recibieron el apoyo de distintos diputados, senadores y representantes del PSOE en A Coruña, que anunciaron que presentarán distintas iniciativas en el Ayuntamiento, el Parlamento, el Congreso y el Senado para exigir cambios en el sistema energético para evitar la pérdida de cientos de empleos y de importantes fábricas coruñesas.

"Vamos a hacer llamamientos para poner fina al desmantelamiento del sector industrial de la ciudad, con 522 empleos directos entre Alcoa y Ferroatlántica. Queremos que el PP se ponga las pilas y abandone las políticas sin planificación", explicó la portavoz municipal del PSOE, Mar Barcón, que recordó el cierre de otras industrias como la fábrica de armas. "El PP está acabando con el tejido industrial", sentenció.

El portavoz del PSdeG en el Parlamento, José Luis Méndez Romeu, criticó, por su parte, los "años de fracaso" de los planes energéticos del Gobierno y la "inacción" del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. "Hace dos años fue la presión de los trabajadores de Alcoa la que logró que Soria [José Manuel, ministro de Industria] rectificase. Pero ahora estamos ante un marco regulatorio que se improvisa cada año", lamentó Méndez Romeu. El portavoz del PSdeG también avanzó que pedirá a Feijóo que, "por primera vez", se ponga al frente de la petición de medidas para garantizar que los grandes consumidores de energía puedan tener precios competitivos.

Los responsables de UGT creen que el despido colectivo planteado por Alcoa aboca al cierre a las fábricas de A Coruña y Avilés, que ya sufrieron importantes ajustes en los últimos años. "En solo cuatro años la fábrica coruñesa pasó de tener 580 trabajadores a los 395 con los que cuenta ahora", denunció el portavoz de la sección de Metal, Construcción y Afines de UGT en A Coruña, Roberto Teijido.