La multinacional estadounidense Alcoa acudió ayer en Zaragoza a la subasta extraordinaria de los incentivos eléctricos convocada por el Gobierno, a cuyos resultados liga el futuro de los más de 800 trabajadores de las factorías de A Coruña y Avilés (Asturias). Representantes de la aluminera en España participaron en la puja el mismo día que la compañía estadounidense anunció complacida la producción exitosa de la primera alúmina a partir de bauxita en su nuevo complejo de Arabia Saudí. Mientras en Galicia y Asturias continúa la incertidumbre a la espera de noticias sobre los resultados de Alcoa en la subasta, la multinacional celebra sus avances en Oriente Próximo, donde está erigiendo "el complejo aluminero más competitivo del mundo" y el de "más bajo coste", según las palabras del presidente de la compañía, Klaus Kleinfeld.

Al cierre de esta edición no había trascendido información alguna sobre los resultados del primer día de la subasta de repesca, que se desarrolla en dos jornadas en el Palacio de Congresos de la capital aragonesa. Alcoa se comprometió con los representantes de los trabajadores a retirar el expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción que puso sobre la mesa el pasado 1 de diciembre si obtiene en las pujas para sus factorías de A Coruña y Avilés suficiente interrumpibilidad (retribuciones por disminuir o cesar el consumo eléctrico en caso de emergencia o de saturación del sistema). La aluminera quería en la anterior convocatoria dos lotes de 90 megavatios, uno para cada planta, que se traducen en unos 40 millones de euros. En la actual sólo puede pujar por lotes de 5 megavatios. El precio de salida del megavatio es de 195.000 euros, frente a los 260.000 euros en que empezó la subasta del pasado noviembre, un precio un 25% superior al de la repesca.

La subasta en sí comenzó pasadas las 10 de la mañana y continuó por la tarde, tras un receso para la comida, hasta alrededor de las 8. Representantes de las compañías participantes pujan desde una cabina con un dispositivo electrónico, totalmente aislados del resto. En el Palacio de Congresos de Zaragoza se encuentran también representantes de Red Eléctrica de España (REE), la organizadora de la subasta, y de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC), encargada de supervisar el proceso y de validarlo una vez concluido.

Y mientras en Zaragoza se desarrollaba el nuevo reparto de los incentivos eléctricos, por valor de unos 180 millones, integrantes del comité de empresa de la planta coruñesa se reunían en Las Rozas (Madrid) con sus homólogos asturianos y con representantes de la compañía en el marco de la negociación del ERE. Coruñeses y avilesinos trataron de acercar posturas a lo largo de la mañana para acudir a la reunión con la compañía con un planteamiento común. En caso de que el expediente siga su curso, los gallegos quieren que cada factoría gestione los despidos de forma independiente, mientras los avilesinos pretenden que se negocie como un bloque laboral.

Los representantes sindicales exigieron de nuevo a la empresa que suspenda los despidos hasta que se conozcan los resultados de la segunda subasta y su impacto en sendas factorías. "No tiene sentido ninguno este expediente cuando está prevista esta segunda subasta. Por eso, desde nuestro punto de vista, creemos que Alcoa está actuando de mala fe. Estamos viviendo esto con mucha incertidumbre y lo que exigimos a la empresa es que se deje de historias y se haga con los paquetes necesarios para continuar con la producción", indicó un portavoz del comité de empresa de Alcoa.

Trabajadores de la fábrica coruñesa concentrados ayer en la plaza de María Pita pidieron, por su parte, una solución para la compañía y resaltaron que la subasta del ayer y hoy dejará ver a las claras la estrategia de la multinacional estadounidense. "Entre hoy y mañana -por ayer y hoy- se sabrá si las intenciones de las que hablaba la empresa eran reales o si todo era una fachada para cerrar las plantas aludiendo a un motivo inexistente", sostuvo uno de los operarios concentrados ante el palacio municipal.

A la salida de la reunión con la empresa, pasadas las 21.30 horas, fuentes del comité de empresa de Alcoa explicaron que la dirección les planteó que, incluso en caso de que la firma logre los incentivos para seguir con su actividad en A Coruña y Avilés, tendría que realizar ajustes distintos a los despidos. "Otro escenario", apuntaron fuentes sindicales, que explicaron que esas medidas alternativas buscarían compensar la pérdida de ingresos, la diferencia entre los incentivos eléctricos que recibía en años pasados y los que percibirá en 2015, claramente muy inferiores.