Galicia es desde el pasado año una de las comunidades con mayor presión fiscal en los combustibles tras la decisión de la Xunta de exprimir el máximo posible de la parte que le toca en el impuesto sobre su venta. El efecto en el precio final no se hizo esperar y los nuevos tipos, de 4,8 céntimos por cada litro, elevaron el ya de por sí alto coste de los hidrocarburos en la comunidad, especialmente el gasóleo. En un intento más de desvincular la subida del gravamen del impacto para el consumidor, el Ejecutivo autonómico puso el foco en la necesidad de animar la competencia hacia las grandes petroleras y en víspera de las vacaciones de verano lanzó el borrador de un decreto para facilitar la apertura de más estaciones de servicio de empresas independientes. Ese decreto recibió ayer finalmente el visto bueno del Consello de la Xunta, otra vez a las puertas de un largo puente de descanso, con muy pocas novedades respecto al borrador inicial. La entrada en vigor de los trámites abreviados para las licencias de gasolineras solo dependen de su publicación en el Diario Oficial de Galicia (DOG). Aunque nacerá cojo porque la reforma que se está tramitando en estos momento en el Congreso de los Diputados de la ley estatal de hidrocarburos obligará a modificarlo en cuestión de meses.

¿Por qué? Una de las bazas de la Xunta en su decreto es el veto al crecimiento para aquellos operadores que superen el 30% de las gasolineras abiertas en una provincia. Un límite fijado para todo el Estado en 2012 por parte del Gobierno central. Pero esa cuota va a medirse en breve por ventas de carburantes y no por número de estaciones de servicio. Es una de las enmiendas que pidió el ministro de Industria, José Manuel Soria, en la reforma de la ley de hidrocarburos y una de las presentadas por el grupo popular. Una vez aprobadas, Galicia tendrá que adaptarse.

En San Caetano admiten que así será, pero defienden que la puesta en marcha del decreto sin más dilaciones permite aprovechar el resto de medidas. De las cuatro autorizaciones administrativas que, como mínimo, acumulaba la tramitación de una estación de servicio, la Consellería de Economía fija un único proceso en una ventanilla única bajo su responsabilidad.

La norma recoge también la supervisión autonómica sobre el cumplimiento de las cuotas máximas posibles por cada empresa. En la práctica supone el cierre de puertas a la expansión de Repsol, que, en número de establecimientos, roza el 32% del mercado en toda Galicia y un 44,4%, según los datos del Consello Galego da Competencia, con la suma de sus participadas Campsa y Petronor. La siguiente capacidad instalada es Cepsa, con el 17,9%, con margen, por lo tanto, para elevar su presencia. Galp cuenta con un 8,9% y un 4,4% Shell. Solo el 15,5% son marcas blancas, pese a que, como recordó ayer el presidente Alberto Núñez Feijóo tras la aprobación del decreto, de las 16 abiertas desde 2013, 11 son independientes.

La Consellería de Economía estará muy atenta al abastecimiento. Porque las nuevas gasolineras no podrán ser abanderadas de los operadores que superen las limitaciones de mercado. De ahí el requerimiento que hizo a todo el sector para que le haga llegar sus contratos. Feijóo desveló además que en los permisos se está ponderando "de forma favorable y con un peso significativo" que las solicitantes no estén en la localidad o la carretera para la que piden la apertura.

Presión fiscal en Galicia

El presidente de la Xunta volvió a quejarse ayer por los precios de los combustibles en Galicia. Un "mensaje" a "los operadores" que trabajan en la comunidad. No a las gasolineras, matizó. Feijóo demanda que gasolina y gasóleo se abarate "como en otros lugares de España" y una vez más repite que "no es un problema de fiscalidad". "Las cinco comunidades con el precio de gasóleo más bajo de España igual fiscalidad que Galicia", dijo.

¿Es así? Según las últimas estadísticas oficiales del Ministerio de Industria, con los precios medios en febrero, las cinco autonomías con las tarifas más bajas antes de impuestos son Cataluña, Murcia, Valencia, Navarra y Andalucía. Es cierto que de todas ellas únicamente Navarra no tiene tramo autonómico del impuesto. Pero las otras cuatro, una vez aplicado el IEH y el IVA, saltan a los primeros lugares en los precios finales al consumidor, junto con Galicia. Por si queda duda del efecto de la presión fiscal, País Vasco, La Rioja y Cantabria tenían antes de impuestos el gasóleo más caro que Galicia. Sin embargo, ninguna de ellas aplica el tipo autonómico, con lo que sus conductores pagan 5,6 céntimos menos por litro.

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