La conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, entró de lleno -y con mal pie, a ojos de los sindicatos- el pasado miércoles en el conflicto laboral que mantienen los trabajadores de Rede Galega de Kioscos (Regaki) con la dirección de la firma y la cúpula de la Confederación Galega de Minusválidos (Cogami), que gestiona ésta y otras empresas bajo el paraguas de Galega de Economía Social.

Los trabajadores, que llevan cuatro meses sin cobrar, reclamaron desde el principio la intervención de la Consellería, que abonaba la mitad de sus salarios y es la responsable de vigilar que las empresas de integración de personas con discapacidad cumplan la ley. Pero tras escuchar a Mato en el Parlamento defender que Cogami "es una empresa muy respetada por todos los gobiernos" la acusan de amparar la gestión de Regaki, de tomar parte a favor de Cogami y de mentir en su defensa.

Beatriz Mato dijo el miércoles en el Parlamento que su Consellería no tenía competencias para juzgar si el concurso de Regaki es o no regular, pero que se brindó a realizar una mediación laboral entre la empresa y los trabajadores, enfrentados desde noviembre pasado.

Desde que la firma solicitó al juzgado suspender pagos, a finales de octubre, los empleados, en su mayoría con discapacidad, acumulan cuatro nóminas -del salario mínimo- sin cobrar y pasaron varios meses en sus puestos de trabajo sin luz, calefacción ni materia prima para vender.

Los representantes sindicales de los 90 empleados de Regaki fueron recibidos por el subdirector xeral de Traballo e Economía Social, a quien los sindicatos expusieron la situación de desamparo de los trabajadores, y una serie de supuestas irregularidades cometidas por Cogami. "Lo único que nos dijo era que iba a averiguar a qué se habían destinado las subvenciones, pero no nos ofreció ninguna mediación", asegura Carmiña Naveiro, asesora de los delegados de Regaki por la CIG. Fuentes de Traballo sostienen que el ofrecimiento se brindó a las dos partes, pero que, como establece la normativa, para que se produzca, la mediación debe ser admitida por las dos partes. "En este caso fue la empresa la que la rechazó", explica Traballo. Otra de las cuestiones que levantó ampollas entre los empleados de Regaki fue la afirmación de Mato sobre las subvenciones concedidas a Rede Galega. La Consellería le entregó a la empresa 250.000 euros para sanear sus cuentas siete meses antes de suspender pagos. Este tipo de ayudas lleva aparejada la presentación de un plan de viabilidad a cuatro años. Esta subvención, dijo la conselleira en el Parlamento, "volvió a ser correctamente justificada", una afirmación que los empleados cuestionan. "El personal todavía está sorprendido por las palabras de Mato -dicen CCOO y CIG- y se siente totalmente indefenso".