La treintena de transportistas coruñeses que trabajan desde hace más de cuarenta años para la planta coruñesa de envasado de los refrescos de la marca Coca-Cola bloquearon ayer los accesos a la factoría de Alfonso Molina y el almacén que la empresa tiene en el polígono de Bergondo para protestar contra la contratación del operador logístico aragonés Sesé. Los autónomos, que acusan a esta empresa de competencia desleal e irregularidades, denuncian que Begano quiere obligarles a aceptar un contrato con el operador maño en unas condiciones draconianas que les impediría cubrir sus costes de explotación.

Begano, por su parte, confirmó ayer que directivos de Coca Cola Iberian Partners llegados desde Barcelona se reunirán esta tarde con los representantes de los transportistas para llegar a un acuerdo, aunque, en un nuevo escueto comunicado, se refiere a los autónomos "que aún no han llegado a un acuerdo con el Grupo Sesé", lo que despierta desconfianza entre los afectados. El presidente de la Federación Empresarial de Transportes de Mercancías por Carretera de Galicia (Fetram), Fernando Teijeiro explicó ayer que los conductores están abiertos al diálogo, aunque dejó claro que exigen como condición indispensable que sea para mantener la contratación directa entre el envasador y los autónomos gallegos, sin vinculación con el grupo Sesé.

Concesión conflictiva

Esta firma tiene desde el pasado 12 de abril la concesión del transporte de Coca-Cola Iberian Partners en Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, pero Begano mantiene aún su vinculación con los autónomos gallegos, que en algún caso realizan este servicio desde hace 50 años, en la confianza de que lleguen a un acuerdo con el grupo aragonés y pasen a trabajar para él. El sector sin embargo se niega y aduce que Sesé pretende imponerle las pésimas condiciones económicas en las que trabajan empleados de esta firma, con filiales "deslocalizadas de forma irregular en Rumanía y Bulgaria", según el líder de Fetram. "No queremos ninguna relación con quien nos agrede o agrede nuestros intereses", añade.

Por eso a las doce de la noche del domingo un grupo de transportistas se plantaron con una pancarta ante las instalaciones sin llegar a impedir el paso de camiones, aunque la tensión fue en aumento durante la mañana. La firma envasadora citó a los transportistas para esta tarde y solicitó la suspensión de la protesta hasta entonces bajo el compromiso de mantener la relación comercial directa mientras duren los contactos, a lo que los autónomos se negaron. Mientras Begano acusaba a los transportistas en huelga de bloquear la fábrica "poniendo en peligro la actividad empresarial y con ello el perjuicio de sectores muy importantes en la economía gallega", optaba por interrumpir las operaciones de carga y descarga en sus instalaciones.

Según Fernando Teijeiro, la decisión se produjo después de que un directivo de la planta de Alfonso Molina les comunicase que uno de los camiones de Sesé había sido alcanzado por una piedra arrojada desde un puente sobre la carretera, lo que provocó la rotura de la luna delantera. Fetram, que se desvincula del supuesto accidente y desconoce los detalles y en qué lugar se produjo, lamentó que pueda haber ocurrido.

La planta de Begano, sin embargo se preparaba a última hora de ayer para retomar las operaciones de carga y descarga durante la noche y "a la fuerza", según comunicó a Fetram, en un intento de reventar el paro de los autónomos. "Si la empresa da ese paso, las negociaciones que quiere iniciar mañana [por hoy] peligran y el clima de tensión puede ir a más", explica Fernando Teijeiro. El portavoz de Fetram recuerda que fue la envasadora de Coca-Cola la que inició este conflicto con la imposición de unas condiciones de trabajo abusivas a unos transportistas que trabajan "con lealtad" para ella desde hace 40 y hasta 50 años.

"Hay gente que está en los últimos años de su vida laboral y a la que de pronto se le pretenden imponer unas condiciones inasumibles. Que no cuenten con que el transporte gallego vaya a trabajar para Sesé u otro operador de este tipo", advierte Teijeiro.

Al cierre de esta edición, la representación de los transportistas permanecía a las puertas de la planta de Alfonso Molina y del almacén de Bergondo, donde esperaban pasar la noche y el día de mañana.