Como en la comisión abierta en el Congreso de los Diputados para analizar la reforma del sector y la que el Parlamento de Galicia dedicó en el verano de 2013 a investigar lo sucedido con la fusión de las cajas gallegas, el expresidente de Caixanova tuvo que remontarse a su jubilación como director general de la entidad viguesa a finales de 2006. "¿Usted cambió las condiciones para capitalizar su pensión?", inquirió una de las dos fiscales. "Eso nunca se hizo efectivo", respondió Gayoso. "¿Sus derechos pensionables eran iguales a los del resto de la plantilla?", siguió Pilar Melero. "Los conceptos eran los mismos, aunque yo con tratamiento de director general", dijo el expresidente, imputado como "cooperador necesario" en los contratos del resto de directivos. "¿Los mismos?", volvió a preguntar la fiscal.

Al juez no le gustó nada la discusión del retiro de Gayoso, al margen de la querella. "Eso no se cuestiona", le advirtió Alfonso Guevara. "Es una impertinencia absoluta". "Es un indicio de la colaboración y está entre las pruebas", rebatió la fiscal. "Veremos cuando se desarrolle la prueba, que por admitir se han admitido muchas". Ante cada una de las fechas y reuniones de la comisión de retribuciones y consejos de administración a las que se refirió la acusación, el que fue máximo responsable de Caixanova sostuvo que los miembros podían acceder a toda la documentación y que las copias de los contratos se adjuntaron cuando se abordó su contenido. "Y el Banco de España -añadió- tuvo conocimiento amplio antes, durante y después".

"No se introdujeron mejoras", replicó. La fiscal mencionó el "derecho ex novo" incorporado a las pólizas individuales para vetar cualquier intento de la entidad de cambiar las condiciones. "Eso -detalló Gayoso- tampoco suponía una ventaja porque lo tenían todos los empleados". "La actas de las comisiones están firmadas por todos sus miembros", destacó. En una de ellas se aprobó ya en 2005 las bandas de salarios con horquillas para cada una de las categorías profesionales de la caja. En un giro sorprendente en su estrategia, la fiscal cuestionó por qué los contratos se llegaron a tratar en hasta tres sesiones de órganos de decisión entre 2010 y 2011. "Pues por mayor seguridad jurídica", contestó.

Sobre el de García de Paredes, Gayoso defendió la "absoluta justicia" de incorporarlo a los de alta dirección que existían en Caixanova y no en Caixa Galicia. Ni él, afirma, ni el resto querían marcharse. "Pego estuvo convencido hasta pocos días antes de que sería el consejero delegado del banco", sostuvo. Entre otras cosas, "porque el Banco de España también lo pensaba".

La sesión se aparcó hasta hoy justo en medio de otro de los despistes de la fiscal. "¿Por qué se ausentó en el consejo de administración del 25 de agosto de 2011?", preguntó Melero en referencia al que abordó el impacto posible de los desestimientos de los cuatro directivos. "¿Yo? Yo no me ausento", dijo Gayoso. Mientras en la sala se buscaba el acta, la fiscal admite "que podría ser Pego". Y así es. "¡Ah, caramba! -exclamó Gayoso-. ¡Menuda diferencia!". Y es que el director general no podía estar presente en los consejos cuando se debate sobre algo que repercuta en sus intereses.