El euro ha caído de forma brusca tras el referéndum llevado a cabo este domingo en Grecia, en el cual ha triunfado el 'no' a las medidas de austeridad planteadas por la troika.

El euro ha caído un 1,4 por ciento con respecto a la moneda estadounidense hasta los 1,0955 dólares y un 2,1 por ciento con respecto a la divisa japonesa, hasta los 133,5 yenes. El dólar se ha elevado un 0,6 por ciento hasta los 122,05 yenes, mientras que el dólar neozelandés y el australiano han caído un 0,8 por ciento.

Tras el referéndum celebrado hoy, en el que los griegos dijeron "no" a la propuesta de ajuste de los acreedores internacionales, todas las miradas se vuelven ahora hacia el euro y su evolución en los mercados.

La divisa europea había esperado con una tranquilidad sorprendente la celebración de la consulta en Grecia pero esa resistencia va a ser nuevamente sometida a prueba en cuanto abran el lunes las principales plazas financieras.

El euro apenas ha estado influido por la última etapa de la crisis de Grecia, que se intensificó después de que el Gobierno griego abandonara las negociaciones con los acreedores y decidiera convocar el referéndum. La reciente escalada de la crisis de Grecia sí que ha frenado la salida a bolsa de muchas empresas por los vaivenes que ha provocado en el mercado.

Tan sólo el lunes 29 de junio, tras la interrupción de las negociaciones de Grecia con el Eurogrupo, se produjo una notable depreciación del euro, pero ningún descalabro, comentó a Efe el director de Estrategia de Divisas de Commerzbank, Ulrich Leuchtmann.

Leuchtmann destaca que en este momento existen diversos mecanismos que hacen que el mercado no se ponga nervioso, como el programa de expansión cuantitativa del Banco Central Europeo (BCE) y el programa de operaciones monetarias de compraventa.

El BCE comenzó el 9 de marzo a adquirir grandes cantidades de deuda pública y privada en el mercado secundario. Hasta ahora el BCE ha comprado deuda pública por valor de unos 195.000 millones de euros y ha mostrado que está dispuesto a modificar el programa en caso de que fuera necesario porque cambien las circunstancias.

Además, el BCE ha ampliado ahora la lista de instituciones y agencias públicas de las que va a adquirir deuda y el Banco de España podrá comprar deuda emitida por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias-Alta Velocidad (Adif AV).

La actualización de esta lista, que incluye varias italianas y francesas, se produce en un momento en el que la recuperación de la economía podría peligrar si Grecia sale de la zona del euro.

El presidente del BCE, Mario Draghi, lanzó a finales de julio de 2012 un claro mensaje a los mercados: que la entidad estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para salvar al euro y "créanme, será suficiente", prometió Draghi.

El simple mensaje, porque el BCE nunca ha llegado a aplicar el segundo programa de compra de deuda (operaciones monetarias de compraventa), sirvió para parar la crisis que entonces castigaba a España e Italia, añade Leuchtmann.