La interrumpibilidad es un sistema de gestión de la demanda eléctrica que existe en España desde hace años. Sirve para modular la oferta de electricidad que se produce en las distintas centrales, que por las características del sistema eléctrico, tiene que responder en tiempo real y durante las 24 horas del día a la demanda del conjunto de los consumidores. Las grandes empresas ven bonificada su tarifa eléctrica pero a cambio tienen la obligación de reducir su consumo o interrumpirlo en cuanto Red Eléctrica de España (REE), el operador del sistema, les da la orden. La planta coruñesa de Alcoa ya redujo su suministro en cuatro ocasiones desde que empezó el año. "Somos los primeros a los que llaman porque tenemos un consumo bastante estable y servimos de bomberos del sistema eléctrico", explica el presidente del comité, quien advierte que el servicio que prestan genera problemas a la planta coruñesa, que tarda una semana en recuperar la estabilidad de la temperatura de sus cubas, básica para su sistema de producción, y se ve obligada a cambiar turnos y sistemas de trabajo. El 30 de junio la planta estuvo sin luz dos horas y estos parones provocan daños en las cubas de electrolisis. Cada una cuesta 120.200 euros.