El comité de empresa de Alcoa se reunió a última hora de la tarde de ayer con el conselleiro, Francisco Conde, para trasladarle su inquietud por el futuro de la factoría coruñesa, que da empleo a 400 trabajadores. Su futuro está en el aire después de que la última subasta de incentivos eléctricos para grandes consumidores industriales que estén dispuestos a reducir o cesar su consumo eléctrico en caso de emergencia (interrumpibilidad) fuese nuevamente insatisfactoria para la multinacional aluminera estadounidense.

La empresa sigue sin aclarar qué pasará con las instalaciones de A Coruña, San Cibrao (Lugo) y Avilés (Asturias) después de que se le adjudicasen menos bloques de potencia interrumpible de los que les permitirían producir a un precio competitivo. Los trabajadores pidieron a Conde que se preste como interlocutor entre los empleados y la multinacional y le exija que despeje su futuro. Conde, según el presidente del comité, Juan Carlos López Corbacho, comprometió todo su apoyo a los trabajadores, a quienes transmitió que sus demandas son razonables. El conselleiro, dijo, intentará que Alcoa aclare sus intenciones cuanto antes y mantener los empleos en Galicia. Los empleados de la planta coruñesa dejaron claro que no están dispuestos a permitir un cierre y demandan que se garantice la viabilidad de la planta "con o sin Alcoa".