El negocio del capital riesgo, que data de los años 40, irrumpió en España en 1986. En un país tan bancarizado, el desarrollo de las fórmulas alternativas de financiación empresarial fue tardío y lento. Aún hoy, Europa -y más España- siguen lejos de las tasas de desintermediación bancaria de EEUU. La Unión Europea pretende favorecerla para reducir la dependencia del sector empresarial de los bancos.

Las gestoras de capital-riesgo constituyen fondos de inversión mediante la captación de recursos de inversores con los que emprenden tomas de participación en compañías (casi siempre de control), con el propósito, durante 4 o 6 años, de relanzarlas, reestructurarlas o fusionarlas, al cabo de los cuales transfieren la propiedad para consolidar ganancias. La patronal española Ascri considera que 2014 confirmó que el sector ya superó en España la crisis. La recuperación, los bajos tipos de interés y otras medidas del BCE favorecen su relanzamiento.

La mayor parte (40%) de las 580 inyecciones de capital registradas en el país el año pasado se produjeron en firmas de informática, seguidas de lejos por las de productos y servicios industriales (11%), son firmas de alta tecnología y en el 40% de los casos tienen menos de diez trabajadores.