Las administraciones españolas aseguran que el mercado laboral mejora mes a mes y que las reformas están surtiendo efecto pero a la temporalidad y precariedad de los empleos que denuncian los sindicatos se suma también el aumento de los trabajadores que ocupan puestos muy inferiores a los que están capacitados para desempeñar, lo que se conoce como subempleo. Una situación que afecta especialmente a Galicia, donde el número de profesionales en puestos de trabajo que requieren mucha menos formación que la que ellos poseen aumentó un 25% en el último lustro. Si en el segundo trimestre de 2010 había 92.000 empleados gallegos en esta situación, ahora son ya más de 115.000, lo que equivale a que más de uno de cada diez ocupados gallegos (el 11% de los 1.009.900 totales) tiene actualmente un subempleo.

El repunte registrado en Galicia en los últimos cinco años es muy superior al del conjunto de España, donde apenas llega al 6%, al pasar de los 2.116.700 trabajadores en esta situación en el segundo trimestre de 2010 a los 2.236.300 del segundo trimestre del presente ejercicio. La proporción de subempleo sobre el total de ocupados, sin embargo, es mayor en el caso del Estado, con el 12,5% de los 17.866.500 trabajadores contabilizados por la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2015.

Las estadísticas publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y el Instituto Galego de Estatística revelan además una gran desigualdad entre sexos, con las mujeres como las que más sufren la lacra del subempleo. Más de 75.000 trabajadoras ocupaban en el segundo trimestre de este año un puesto inferior al que podrían desarrollar por su formación, un 35% más que hace un lustro (55.900) y el 65% del total de afectados en Galicia. El otro 35% (40.100 ocupados) son hombres, solo un 11% más que en el segundo trimestre de 2010, cuando eran 36.200 los varones que padecían el subempleo.

Por grupos de edad, la EPA revela que los más afectados por esta situación derivada de la crisis son los mayores de 45 años, los que una vez que pierden su empleo tienen más dificultades para salir al exterior -al tener cargas familiares- a buscar oportunidades laborales y tienen que plegarse a los puestos de trabajo que surgen en territorio gallego. De hecho, mientras que el número de trabajadores subempleados de entre 16 y 24 años se redujo en 4.500 en los últimos cinco años (de 10.800 en 2010 a 6.300 en la actualidad), la cifra de profesionales de entre 45 y 54 años en esta situación aumentó en 13.800 (un 80%), al pasar de los 17.200 de hace un lustro a 31.000. El grupo de trabajadores subempleados de 55 o más años sumó 4.600 personas desde 2010, un incremento del 65%, al pasar de los 7.100 de entonces a los 11.700 actuales.

Por sectores, los servicios acaparan buena parte del repunte registrado en Galicia al tratarse en muchas ocasiones de puestos que requieren poca cualificación y que muchos parados con gran formación han tenido que aceptar ante la falta de oportunidades en otros sectores como la industria, la construcción o actividades que exigen mayor capacitación del propio sector servicios.

Los trabajadores subempleados en los servicios aumentaron un 32% en estos cinco años, al pasar de 71.100 en 2010 a 94.100. Mientras, la construcción sumó 1.200 subempleados (hasta 6.100), la industria perdió 800 (hasta 12.600) y la agricultura y pesca se mantuvo estable, con 2.600 afectados.