Mario Weitz (Buenos Aires, 1956) es economista, doctorado por la American University de Washington, consultor del Banco Mundial y fue consejero delegado del FMI en una etapa "más liberal" del organismo. El pasado lunes impartió una conferencia en el campus coruñés de la Escuela de Negocios de Afundación. Afincado en España desde hace veinte años, el profesor Weitz desvela los grandes problemas que tiene la economía, pero también la sociedad española y gallega y ofrece recetas para crecer a medio plazo. A corto, su única receta es "exportar, exportar y exportar".

-Su conferencia del pasado lunes se titulaba Nuevos retos para la economía gallega

-En realidad se trata de cómo la economía mundial afectará a España y a Galicia, los cambios que se producen en un mundo globalizado y cómo Galicia tiene un comportamiento un poco distinto al resto de España con alguna debilidad y alguna oportunidad y de dar algunas recomendaciones.

-¿Cuáles son esas recomendaciones?

-En la economía mundial hay tres cosas que ayudan a España y a Galicia: la política monetaria del Banco Central Europeo, que es expansiva, de dinero barato, y abre una oportunidad con tipos de interés bajos. La depreciación del euro. En el Banco Mundial pensamos que el dólar debe seguir subiendo pese a la volatilidad de estos últimos días y que llegará en un año a una equivalencia de uno a uno. Esto ayudará a la exportación. Y luego está el precio del petróleo, que creemos que se va a quedar en unos 50 dólares el barril. O sea que el marco internacional lo vemos bien a pesar de que los mercados emergentes están un poco flojos, por los problemas de China, Brasil y Rusia.

-¿Y qué podemos hacer ante este panorama?

-La economía española crecerá a un ritmo del 3%, aunque la disminución del paro será gradual. Galicia crece a un menor ritmo y, a corto plazo, la solución sigue siendo la exportación. El consumo seguirá siendo débil porque los salarios son muy bajos y hay mucho paro. La exportación está bastante débil en Galicia, de hecho la del automóvil ha perdido peso en los últimos años y ahí hay que hacer un esfuerzo. Las pymes tienen poco acceso a la financiación, al empresariado le falta formación, conocimiento de inglés y la marca España es débil en marketing. Tenemos buenos productos pero se los vendemos en bruto a Italia y son ellos quienes les sacan partido. El turismo, que en España va muy bien, en Galicia no deja mucho dinero. Debería orientarse a captar un turismo de más calidad o con más consumo. La construcción se está reactivando, pero la idea del Banco Mundial no es crecer vía construcción y turismo, sino ir a un modelo más de tecnología e innovación.

-Eso se dijo cuando estalló la crisis, que había que cambiar de modelo pero...

-Aquí hay un tema cultural difícil. El chiste es que cuando los españoles pensemos que el ídolo es Bill Gates y no el futbolista o el torero o Belén Esteban, el país saldrá adelante. Hay una asignatura pendiente, que es adaptar la universidad a la realidad de las empresas. En diez años van a faltar ingenieros a lo bestia a nivel mundial, y esto es una demanda, que los chicos estudien más inglés y matemáticas y que la universidad sea más práctica. Pero éste es un tema cultural, que va a tardar más. Por eso creemos que la exportación es la solución más inmediata. Otro problema en Galicia es el envejecimiento poblacional, con una muy baja natalidad y gente muy mayor, a lo que se añade la fuga de cerebros.

-Pues sí.

-Los chicos jóvenes se van y toda esta combinación tiene muy mala pinta.

-¿Cómo lo cambiamos?

-Hay una cuestión importante. El gasto en I+D está por debajo de la media de Europa en España y Galicia. Ha sido un error recortar en investigación. Lo que hay en España es investigación básica pero pocas patentes. El país estrella en la aplicabilidad de la investigación es Corea del Sur, que patenta a lo bestia, y España patenta muy poco. Hay una contradicción entre la investigación básica, que es buena, y su baja aplicabilidad. Luego está el tema agrícola, donde Galicia tiene grandes ventajas competitivas. El tratado de libre comercio con Estados Unidos infunde preocupación al sector lácteo, que ve ahí una mayor competencia... Son temas con un marco complejo, pero la exportación tradicional e industrial es donde está la oportunidad.

-Lo poco que trasciende sobre el tratado de libre comercio con Estados Unidos es que traerá más sufrimiento al sector primario gallego.

-A los economistas nos gustan los tratados de libre comercio pero siempre hay sectores que ganan y otros que pierden. En el ámbito de la exportación, lo que se oye en radio pasillo es que para España es bastante bueno en algunos productos por la liberalización de aranceles y del proteccionismo no arancelario. El jamón, por ejemplo, que ha tenido tantos problemas sanitarios de homologación, dejaría de tenerlos.

-Desde el inicio de la crisis, los sindicatos llevan clamando en el desierto sobre la necesidad de apostar por la industria. Parece que finalmente el Gobierno y hasta la UE les dan la razón ¿Tarde?

-A los economistas nos gusta la industria porque la asociamos a productividad, empleo y tecnología, pero dicho esto, tampoco es que España en un movimiento pim, pam, pum pueda pasar de ser agrícola a industrial porque tiene que ver con la innovación, la financiación, con subsidios. Como idea, más que desarrollar industria a lo bestia, donde creo que tenemos un nicho de mercado por el que hay que apostar es la industria del automóvil.

-A pesar del inicio de la recuperación, los organismos internacionales insisten en que España debe seguir con los ajustes.

-Hay gente que dice que hay que seguir bajando los salarios y yo creo que no. Los salarios españoles son bajos y los gallegos, bajísimos. Lo ideal es que los alemanes inicien políticas expansivas, mejoren el nivel de actividad y así podamos aumentar la competitividad respecto a Alemania. Los países del Norte deberían tener políticas expansivas pero tampoco creo que meter dinero a lo bestia, como hizo Obama, sea la solución.

-¿Esto se ve en los foros de debate, se analiza?

-Le voy a contar una anécdota. En los foros de expertos a los que asisto, cuando se habla de los países que van bien se dice: Estados Unidos, Inglaterra, India y España. Y cuando oigo España, yo salto en la silla. (Risas) Pero es lo que se ve, su nivel de crecimiento.

-Me refería a la política económica. Aquí se aplicó la austeridad más salvaje y luego hasta el FMI dijo que había sido un error tanta austeridad y que había que iniciar los estímulos.

-El FMI ha cambiado mucho. Yo estuve hace muchos años como consejero delegado y era más liberal, pero desde Dominique Strauss Khan se hizo más keynesiano. El fondo es bastante volátil y tiene tendencia a dramatizar.

-Las recetas hay que tomarlas con calma, entonces...

-Sí. Hay un equipo más keynesiano y creo que está bien. En cada momento hay que aplicar la política correcta y no hay que ser dogmático y un talibán, pero emitiendo dinero y gastando no solucionas el tema. Esto te ayuda a corto plazo pero no puede ser la solución.

-Quería preguntarle por China. ¿La situación de los últimos meses afectará a España y Galicia, nos beneficiará o será una nueva hecatombe?

-No. Es un país que no va a pinchar y mantendrá su crecimiento a un 7%. Si pincha, habrá una convulsión muy negativa. España tiene poca relación con China, pero tiene efecto directo sobre Brasil y otros países en los que España tiene mucha inversión. Creo que China va a aguantar pero dio un gran susto porque de crecer a ritmos del 10%, pasar a un 7% es una dificultad.

-¿Cuál es el nivel del crecimiento de alarma?

-Yo creo que si fuera un 6 o un 5%, sería preocupante porque toda la economía mundial tira de China, las materias primas...

-Decía usted en julio que Rajoy debería hacer dos cosas, reducir el paro y facilitar la financiación de las pymes. No sé si le dará tiempo o será otro pero, ¿cómo debería hacerlo?

-No le da tiempo. El tema de las pymes en Galicia también tiene el gran defecto de vivir de la financiación bancaria y hace siete años que no la dan. Lo que habría que desarrollar es una financiación con otros medios, como hacen en el mundo anglosajón, que las pymes se financien con la Bolsa, los bonos, el capital riesgo... Pero para eso tienen que crecer, porque no son pymes, sino micropymes. El paro, si la economía crece un 3%, bajará pero lo hará poco a poco. Todos sabemos que la economía sumergida explica buena parte de la tasa de paro porque si no, habría una revolución, pero bajará poco a poco.

-De nuevo se habla de la necesidad de más fusiones en la banca. El Banco de España sostiene que serán necesarias para ganar rentabilidad, pero sus resultados no son tan malos. ¿Está justificado ese interés por concentrar?

-Yo creo que sí, habrá fusiones, y habrá un mapa como el europeo, con cinco grandes bancos. Si se fija en el Santander, ya no reparte dividendos, el tema de Brasil le afecta... Los tipos de interés bajos perjudican a los bancos porque el margen de intermediación baja mucho y la única solución es fusionarse para ganar tamaño.