El presidente del grupo Banesco y vicepresidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, reconoció ayer en A Coruña que "todo indica" que habrá una nueva oleada de fusiones en el sector financiero español pero dejó claro que el proyecto del banco heredero de las cajas gallegas tiene vocación de continuidad a largo plazo. El directivo explicó que, en caso de nuevos procesos de integración, la entidad ejercerá de compradora y no de comprada. "Nos vemos como consolidadores y no como consolidables", indicó Escotet durante la presentación del nuevo modelo de oficinas del banco y tras dejar claro que Abanca cuenta con "holgura patrimonial" para afrontar operaciones de este tipo.

"Tenemos un índice de solvencia cercano al 16% y eso nos permite analizar cualquier opción", resaltó el vicepresidente de Abanca, que incidió en que la entidad financiera gallega explorará "las opciones" que surjan, pero sin prisa, sin "obsesionarse" con tener un gran tamaño. "Tenemos un modelo rentable, un modelo ganador", sentenció durante un acto en el que estuvo acompañado por el consejero delegado de Abanca, Francisco Botas.

El representante de Abanca recordó que la entidad es el resultado de 17 marcas y procesos de fusión a lo largo de su historia, por lo que, dijo, usará su experiencia "si es necesario". Pese a todo, destacó que el banco está muy cómodo con lo que está haciendo en su apuesta "a muy largo plazo".

Preguntado por su interés en adquirir la participación de Bankia en la cubana Corporación Financiera Habana (CFH), Escotet explicó que Abanca superó la primera vuelta con otro competidor y que el ganador se sabrá previsiblemente el próximo 4 de diciembre.

Caja Madrid constituyó en 1998 junto con el cubano Banco Popular de Ahorro la CFH, la primera empresa mixta del sector financiero de la isla y que apoya a las empresas que operan o desean establecerse en Cuba. Escotet remarcó que el país se encuentra en un proceso de apertura "muy interesante" cuya transformación le resulta "llamativa" y en la que aspira a acompañar a sus clientes no residentes. En la isla viven más de 120.000 gallegos.

Los directivos de Abanca presentaron ayer el nuevo modelo de oficinas de la entidad que implica la renovación del mobiliario y un modelo de gestión más cercano al cliente, con innovaciones tecnológicas con la finalidad de crear una oficina "más abierta y más ágil". El banco ya realizó los cambios en 20 de las casi 700 sucursales que tiene en España y los implantará de forma progresiva en el resto de la red comercial en los próximos meses.

La renovación de las oficinas para hacerlas más accesibles implica una inversión de 121 millones de euros y pretende lograr "que el cliente sea el auténtico protagonista" de la entidad.

La nuevas sucursales se caracterizan por espacios más abiertos y sin barreras y con dos zonas diferenciadas: una transaccional (en la que se realizarán las gestiones de efectivo) y otra de asesoramiento, con puestos de atención personalizada y salas de reuniones. Las oficinas cuentan también con un dispositivo que permite al cliente seleccionar la operación a realizar en el banca y la persona que quiere que le atienda.

El modelo de puntos de atención diseñado por Abanca está equipado además con las últimas tecnologías y redes wifi para facilitar la movilidad de los empleados dentro de las oficinas.