Y definitivamente llegó el día en que R pasó de ser una empresa gallega a integrarse en un grupo controlado por capital vasco. Euskaltel comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la formalización de la compra de R por 1.190 millones tras haber cerrado con éxito el martes pasado la ampliación de capital por 255 millones para financiar parte de la operación. La cablera vasca se hace así con el control de R, aunque públicamente se ha comprometido a mantener la estructura, marca y los equipos profesionales de la firma en A Coruña. La cúpula sin embargo tiene ganas de tomar contacto con los trabajadores de la firma adquirida y por eso ha transmitido a la dirección de R su interés por reunirse con el comité de empresa cuanto antes.

Tras las elecciones del pasado día 17 para elegir a los miembros del primer comité de empresa de la historia de la operadora gallega, salió ganadora la lista conjunta de Comisiones Obreras y UGT, que tendrán cinco de los nueve delegados del comité frente a los cuatro logrados por la candidatura independiente. Los elegidos sin embargo todavía no han constituido el órgano de representación de los trabajadores ni elegido al presidente, lo que se espera que hagan durante la próxima semana. "Los responsables de R se reunieron con los cabezas de lista de las dos candidaturas y les explicaron que Euskaltel quiere reunirse con ellos y que corría un poco de prisa que se formas el comité", explicó la coordinadora para el sector de las Telecomunicaciones en UGT- A Coruña, María Rodríguez García.

Con la ampliación de capital, Kutxabank (el banco heredero del negocio de las tres cajas vascas), y a falta de que la CNMV confirme el reparto accionarial, se mantiene como el principal accionista del grupo resultante, aunque pasa del 30,1% que tenía en la cablera vasca al 25,1% actual, dado que optó por no acudir a la ampliación y ver diluida su representación. La entidad financiera mantiene sin embargo el derecho que los estatutos le conceden de bloquear determinados acuerdos de la junta de accionistas, ya que exigen un 75% de los apoyos para aprobar determinadas decisiones estratégicas.

Abanca cumplió con su compromiso de acudir a la ampliación de capital con una inversión de 80 millones de euros que la convierte en la tercera mayor accionista, con un 5,27% del capital, por detrás de Kutxabank y de la Corporación Financiera Alba (que incrementó su participación de un 8 a un 10%).

La operadora vasca pagó 890 millones en efectivo al fondo CVC Capital Partners -que adquirió el 70% de R a Banco Pastor, las cajas y a un grupo de empresarios gallegos en 2010- y otro 30% a Abanca. Euskaltel además asumió la deuda de 300 millones que tenía la firma gallega y que acaba de refinanciar. Según estos precios, Abanca habría obtenido 267 millones de euros en metálico, de los que invirtió un 30%.