Uno de cada cuatro hogares gallegos atraviesa una mala situación económica, según se desprende del módulo específico sobre bienestar de la encuesta estructural a hogares que publica el Instituto Galego de Estatística (IGE), con datos correspondientes a 2014. La estadística refleja que el 25,16% de los encuestados suspenden la situación económica de su familia, con una nota de entre el 0 o el 4, aunque son más, un 41,5% los que la aprueban con un 5 o un 6. Otro 27,53% de los consultados otorgan un 7 o un 8 a su economía familiar y el 5,75%, le dan un sobresaliente, con lo que según el IGE y de media, la población gallega aprueba su situación financiera con un 5,52 de nota.

Estas medias sin embargo esconden las enormes diferencias que arroja el censo de las familias y que demuestra que todavía un elevado número de personas atraviesa una situación económica comprometida. El pasado año, 438.017 residentes en Galicia -el 18% de la población de 16 o más años- manifestaron que necesitaban consultar a un médico o un dentista y que no lo hicieron. De ellos, la mitad, un total de 208.620 personas, confiesa no haberlo hecho porque son servicios demasiado caros, mientras que el 16% de los que lo necesitaban aduce falta de tiempo.

Tampoco la situación es igual en las cuatro provincias. Por ejemplo, es Pontevedra donde un mayor porcentaje de la población reconoce tener problemas económicos. Allí son un tercio; tres de cada diez, las familias que dan un suspenso a su economía, mientras que cuatro de cada diez la aprueban y aquellas que le ponen entre un notable y un sobresaliente son menos de quienes la suspenden (un 29%). Ourense, por su parte, es el territorio donde menos familias pasan dificultades económicas (el 21%), seguida de Lugo (22%) y A Coruña (23%) y también donde hay más familias que puntúan sus finanzas con entre un 9 y un 10, un 7%, seguido del 6,5% de los coruñeses, el 5,5% de los lucenses y el 4,3% de los residentes en Pontevedra.

La encuesta, que interrogó a los gallegos sobre todo tipo de cuestiones sobre la satisfacción personal, la confianza en las instituciones o sobre sus relaciones personales y familiares, entre otros asuntos, refleja por su parte que los gallegos se muestran bastante satisfechos con su vida, independientemente del nivel económico de su familia.

Incluso entre las familias que tienen unos ingresos de sólo 1.000 euros son más quienes dan un aprobado (37%) o un notable (34%) a su vida que quienes se muestran insatisfechos (18%). Con entre 1.000 y 1.500 euros, la mayor parte (41%) la califican con entre un 7 y un 8, la misma nota que le dan el 48% de quien alcanza los 2.500 euros al mes. A partir de esta cifra mensual para la familia, los que se autoevalúan con notable son mayoría según el segmento de ingresos.

Si se les pregunta si están conformes con la situación económica de su familia, el 51% de quienes se administran con 1.000 euros mensuales o menos responde con un suspenso, aunque un 35% de quienes viven con ese dinero la aprueban. Hasta un 1,9% consideran que es sobresaliente. Con entre 1.000 y 1.500 euros son más los que ven satisfactoria la situación económica de su familia (46%) que quienes la suspenden (30%) y con entre 2.000 y 2.500 euros, la proporción de satisfechos es ligeramente inferior (46%). Un 30% califican su situación económica con un notable. Con más de 3.000 euros, sin embargo el 44% se autoevalúan con entre un 7 y un 8 pero el 10,5% no está satisfecho con su economía familiar, mientras que un 12% se dan un sobresaliente.

Las diferencias también se producen en función de la situación laboral de los encuestados. El 49% de los parados suspende en satisfacción con la situación económica que ve en su casa, aunque un 33% la aprueba y un 15% le pone un notable.

Entre los ocupados son más quienes dan un aprobado (42%), pero un 20% también puntúa con entre un 0 y un 4. Mientras, cuatro de cada diez inactivos se dan un 5 o un 6 y un tercio (28%), se ponen un notable, pero también un 22% se considera digno de un suspenso.