La crisis financiera e inmobiliaria iniciada a finales de 2008 provocó la destrucción de miles de empleos tanto en Galicia como en el resto de comunidades y favoreció el éxodo de muchos profesionales a otros países con la esperanza de encontrar las oportunidades laborales que no hallaban en sus lugares de residencia. Otros simplemente se quedaron sin ocupación y sin la oportunidad de probar suerte en el exterior. Una situación que afectó a los trabajadores autóctonos, pero en mayor medida a los extranjeros que en la época de bonanza de la economía habían logrado un puesto de trabajo en España. El número de afiliados a la Seguridad Social en Galicia pasó de 1.072.239 en octubre de 2008 a 951.206 en el mismo mes del presente ejercicio, lo que supone la destrucción de 121.033 empleos, un 11% del total. En el caso de los profesionales extranjeros el porcentaje de descenso casi se triplica, al ascender al 31%, tras pasar de 43.987 cotizantes extranjeros en la comunidad gallega en el inicio de la crisis a solo 30.241 en la actualidad. Esto equivale a que un tercio de los ciudadanos de otros países empleados en Galicia (13.746) perdieron su trabajo en los últimos siete años, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

El escenario en el conjunto del Estado es similar al gallego, pero con menos diferencias entre la destrucción media de puestos de trabajo y la que afecta a profesionales procedentes del exterior. España perdió 1.697.006 afiliados desde el inicio de la crisis, un 9% del total, y 426.000 eran extranjeros, el 20,7% de los cotizantes no españoles dados de alta en la Seguridad Social.

El grupo de cotizantes extranjeros se redujo en mayor medida en Galicia que en España, pero su peso sobre el total de empleos destruidos es mucho mayor en el conjunto del Estado que en la comunidad gallega. Uno de cada cuatro puestos de trabajo (el 25%) destruidos en el país en los últimos siete años (esos 1.697.006) estaba ocupado por ciudadanos de otros estados. En el caso de Galicia ocurrió en el 11% de los casos, con 13.746 de los 121.000 empleos perdidos por la autonomía desde 2008.

El país que más ciudadanos tenía afiliados en la comunidad gallega al inicio de la crisis era Portugal, con 12.780, una cifra que bajó un 45% en siete años, a poco más de 7.000 portugueses ocupados en Galicia. La mayoría de estos profesionales trabajaban en el sector de la construcción y se vieron afectados por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

El segundo país que más mano de obra aportaba a las empresas gallegas en la época de bonanza era Colombia, con 3.787. A día de hoy los empleados colombianos registrados en la comunidad gallega son solo 1.404, por lo que el 64% perdió su empleo en estos siete años de dificultades. En el caso de los brasileños, el descenso fue del 29%, al pasar de los 2.529 que cotizaban en Galicia en 2008 a los 1.802 dados de alta en la actualidad.

Rumanía ocupaba al inicio de la crisis el cuarto lugar entre los países con más empleados en empresas gallegas, con 2.231, y es el único, entre los que tienen mayor aportación, que logró incrementar su nómina de afiliados pese a las dificultades. En estos siete año la comunidad sumó 426 cotizantes rumanos, lo que supone un incremento del 19%. Reino Unido y China, con menor peso sobre el total de afiliados extranjeros, también elevaron su nómina de trabajadores.

El quinto país que más profesionales aportaba a la economía gallega antes de la crisis era Perú, con 2.123. Ahora son solo 932, un 56% menos. Marruecos (sexto en la lista) vio caer el número de ocupados en Galicia un 18%, de los 2.105 contabilizados en 2008 a los 1.719 actuales. Muchos de los ciudadanos peruanos y marroquíes afiliados a la Seguridad Social ocupan empleos relacionados con el sector pesquero, por lo que en estos años se vieron perjudicados, además de por las dificultades económicas, por la continua reducción de la flota pesquera, tanto española como gallega.