Afundación se comprometió en febrero a ajustar sus gastos para eliminar su déficit en 2017 y va camino de lograrlo antes de tiempo. La entidad redujo este año su agujero un 26%, al pasar de los 12 millones de déficit estructural con los que cerró 2014 a 8,8 millones, incluidas las amortizaciones de activos (en 2013 consumían unos 6 millones). Pero una cosa es este déficit estructural y otra el operativo, el que cada año genera la actividad de la fundación heredera de la Obra Social de las cajas gallegas. En este capítulo el ajuste ha sido aún mayor, de un 85%, al pasar de los 6,8 millones de 2014 al millón con el que acabará el presente ejercicio.

El objetivo de la entidad que preside Miguel Ángel Escotet era dejar esta cifra a cero en 2017, pero a esta marcha es muy posible que llegue antes. Los ajustes provocan que Afundación haya financiado su día a día en un 92%; es decir, que haya recurrido a la caja, a su fondo de reserva para un 8% de sus actividades.

Abanca puso 7 millones

Precisamente esta reducción del agujero económico en Afundación es lo que explica que la entidad haya recortado un 10% su presupuesto para 2016, respecto a la cifra de este año. "No podemos mantener el mismo presupuesto cuando se reduce el déficit estructural", comentó Escotet ayer, tras la reunión del Patronato de la fundación en A Coruña. El presidente defendió el "valor intangible" que tiene que la actividad, que se ha duplicado en los centros que tiene en activo: "No recibimos ni un euro de otras entidades, salvo la financiación de Abanca y sólo mantener las colecciones de arte con catalogación BIC (Ben de Interés Cultural) supone un millón de euros". Escotet aprovechó ayer para aclarar que Abanca aporta más de los 5 millones de euros comprometidos en el convenio firmado en julio de 2014. "Asume por ejemplo los gastos de seguridad de las exposiciones y sin ellos no se podrían trasladar a Ferrol, Vigo y otras ciudades", relató el presidente, quien calificó este abono como "pago en especie" y lo cuantificó en otros dos millones de euros.

La gestión basada en la eficiencia - "Aquí no damos ni un café ni cócteles en las inauguraciones", matizó Escotet- también permitió incrementar el fondo de reserva hasta 76 millones, frente a los 73 que tenía a cierre de 2014, lo que junto con la reducción del déficit permitiría, en palabras del gerente de Afundación, Pedro Otero, garantizar la actividad de la fundación más de 70 años. "Si cada año tuviéramos que consumir un millón de la caja, con la aportación de Abanca, tendríamos asegurado el mantenimiento de la actividad en las dimensiones actuales", dijo.

Afundación ha incrementado su actividad pero la mantiene en 37 de los 77 inmuebles que tiene en propiedad. Son el 48% y en su plan estratégico hasta 2019 está prevista la venta de algunos de los que están en desuso, pero en este año la entidad sólo ha vendido uno, un chalé adosado en Ourense. "Tenemos que esperar mejores tiempos porque las fundaciones tienen que ser capaces de no depender de otros. Hay que saber gastar e invertir. Aquí hicimos un cambio radical con la eliminación de todo tipo de lujos", explicó Escotet.

De los 29 millones gastados el año pasado, Afundación dedicó un 38% a la cultura, un 35% a financiar la educación superior, otro 18% a programas de envejecimiento activo y un 9% a otros asuntos. Las actividades de la entidad llegaron este año a un millón de personas, entre las que destaca la escuela de negocios, con un 25% más de alumnos y un incremento del 28% en estudiantes extranjeros. Afundación también desarrolló actividades para más de 100.000 escolares, un 10% más, e incrementó un 8% el número de socios en centros de mayores. Programó 70 funciones de teatro y 50 audiovisuales con más de 55.000 asistentes y cuenta con 120.00 usuarios en sus cuatro bibliotecas.