Los trabajadores del departamento de Electrólisis de la factoría coruñesa de Alcoa inician hoy una huelga de cuatro días contra la gestión de la planta y la organización de esta área, que, según el comité de empresa, ha llevado a un desajuste de las cubas que transforman el metal en aluminio que pone en peligro el funcionamiento de la planta y su competitividad. Los representantes de los casi 400 trabajadores que la multinacional aluminera estadounidense tiene en A Coruña denuncian que estas modificaciones se unen a otras prácticas de gestión que demuestran la existencia de un "plan maquiavélico" de Alcoa de provocar el colapso técnico de la fábrica y allanar así el camino para su cierre sin que ni siquiera exista posibilidad de venderla a otro operador que mantenga los puestos de trabajo.

Los paros se realizarán en las cuatro horas centrales de cada uno de los tres turnos de la fábrica, lo que supone un recorte de la mitad de la jornada, aunque Alcoa ha exigido unos servicios mínimos "abusivos", según la plantilla, que podrían dar al traste con la protesta.

En un contundente comunicado hecho público ayer, el presidente del comité de empresa, Juan Carlos López Corbacho, denuncia que la multinacional puso al frente de departamentos "capitales para la fábrica" a personas sin la capacidad y la experiencia necesarias con el fin de disponer de "humildes siervos" que no cuestionen "las órdenes del liquidador" y que, pronostica, el día de mañana serán víctimas del cierre de la factoría tras haberlo provocado con su ignorancia.

Los trabajadores advierten además de la "improvisación" y el "descontrol del departamento de Electrólisis, en el que trabajan unos 110 empleados de A Grela. "El personal que tenemos para el actual nivel de actividad, al 70% de nuestra capacidad, está por debajo del necesario para mantener la planta en condiciones", advierte López Corbacho, quien asegura que las cubas de electrólisis "nunca estuvieron tan desajustadas como ahora".

La plantilla atribuye esta situación al relevo al frente de varios de los departamentos de la fábrica, en los que Alcoa ha sustituido a directivos veteranos con los que pacta un despido o que deciden abandonar la empresa por empleados sin capacitación y experiencia suficientes. Además de los recortes de personal realizados en los últimos años Alcoa prescindió con estos despidos pactados de 13 trabajadores en lo que va de año, con lo que la plantilla se ha reducido un 26% desde 2011, cuando la multinacional daba trabajo a 500 personas en A Coruña.

El comité sostiene además que la dirección de la planta suple esta falta de personal con constantes cambios de los calendarios de trabajo -que en Alcoa siempre fueron consensuados con el comité de empresa- y presiones a los empleados para que hagan horas extra, lo que se une además a "constantes cambios" de personal que repercuten en una merma de la calidad del trabajo y el mantenimiento. Estas modificaciones, según relata López Corbacho, se han comunicado en hasta 20 cartas individuales a los trabajadores que suponen una modificación sustancial de sus condiciones laborales, lo que exigiría una negociación -similar a la de un ERE- con el comité de empresa, que ni si quiera fue informado oficialmente.

"La empresa ha decidido modificar cuestiones que nunca se cambiaron, pero si dieran buen resultado, no nos quedaría más remedio que callarnos. Pero es que esto se produce después de todas las cuestiones que hemos denunciado en los últimos meses y años, lo que nos lleva a pensar que se hace a propósito para luego plantear el cierre, y no lo vamos a permitir", explicó ayer el dirigente sindical.

Y es que para la plantilla de Alcoa en A Coruña no puede ser coincidencia que estas alteraciones del sistema se den tras el ERE de 2012, ejecutado después de haber cerrado 2011 con los mejores resultados de la historia de la multinacional en España. Al año siguiente, Alcoa aplicó un descuelgue de convenio de acuerdo a unas previsiones económicas que finalmente no se cumplieron. El año pasado, Alcoa planteó el cierre de las plantas de A Coruña y Avilés y un despido colectivo para casi 800 trabajadores tras obtener malos resultados en la subasta de incentivos a la reducción o cese de consumo eléctrico en caso de emergencia del sistema (interrumpibilidad). Los empleados culpan a la empresa de ese resultado que encareció los costes de producción de A Coruña y dan por hecho que esta cadena de hechos y la reducción de la producción no son casuales, sino parte de un plan de cierre.

El comité denuncia además la actitud de la empresa, que desoye las demandas de información de los trabajadores sobre la marcha de la factoría, rechaza negociar con sus representantes y pretende recortar su derecho a huelga, con la imposición de unos servicios mínimos "abusivos", que en algún turno de trabajo son del 100% de la jornada. La plantilla solicitó un proceso de arbitraje urgente al Consello Galego de Relacións Laborais, pero la empresa declinó participar en él, por lo que el comité de Alcoa no descarta desconvocar la huelga y acudir a los tribunales.