Alcoa consiguió ayer frustrar la huelga que sus trabajadores habían convocado en el departamento de Eletrólisis de la fábrica de A Coruña, contra la modificación de turnos de trabajo y horarios a al menos 20 trabajadores sin negociación previa y contra otros cambios que, según el comité, han provocado problemas técnicos y desajustes que ponen en peligro el mantenimiento de la fábrica.

El comité de huelga decidió a las doce del mediodía de ayer desconvocar la protesta que inicialmente iba a prolongarse hasta el jueves tras comprobar que los servicios mínimos establecidos en la planta se dirigían a mantener la producción en los mismos niveles de un día normal. La batalla continuará sin embargo en los tribunales.

El presidente del comité de empresa de la fábrica, Juan Carlos López Corbacho, confirmó ayer la próxima presentación de una demanda contra Alcoa por vulneración del derecho a huelga. Los trabajadores exigirán "la máxima condena" para la multinacional, dado que además de una práctica ilegal, le acusan de haber engañado a los representantes sindicales.

Como también denunció ayer la sección sindical de la CIG en Alcoa, la empresa se negó a negociar los servicios mínimos con el comité de empresa, y estableció unos turnos de trabajo "excesivos". "Aquí tuvimos todo tipo de huelgas y siempre llegamos a acuerdos para mantener unos servicios mínimos acordes a las necesidades, pero esta vez, la empresa impuso un nivel abusivo, cuando además los empleados se iban a quedar en la fábrica para intervenir en caso de que se produjese algún desajuste, como hacemos siempre", comentó ayer López Corbacho. Pese al retén establecido, la firma se comprometió en un acta a que dedicar el trabajo de las cuatro horas de huelga por turno a "mantener la integridad de las instalaciones y la seguridad de las personas", no a producir.

El presidente del comité asegura sin embargo que el departamento de Electrólisis de la factoría mantuvo la misma actividad tras el inicio del paro, incluso con la extracción de aluminio de las cubas, una maniobra que en huelga sólo se realiza de forma puntual, para evitar situaciones de riesgo, ya que es el proceso clave de la producción que se pretende parar. El comité de huelga instó entonces al jefe del departamento de Electrólisis a parar este proceso, a lo que el directivo se negó, y alegó en su defensa que estaba realizando las labores de un "día normal". Esta afirmación y el alto nivel de personal afectado por los servicios mínimos llevaron al comité de huelga a desconvocarla para no perjudicar a los trabajadores que iban a renunciar a parte de su salario sin que la protesta consiguiese frenar o paralizar a la producción. Alcoa había designado para servicios mínimos del primer turno de trabajo en huelga a 18 de los 31 operarios habituales, pero en los dos últimos días de la movilización (miércoles y jueves) tenían que acudir 24 de los 27 que normalmente tendrían que trabajar.

La plantilla acudirá a los tribunales pero no descarta tomar otro tipo de medidas de protesta para conseguir que la dirección de la factoría "recupere el camino de la sensatez y el diálogo".

Julio Moskowich, secretario de la sección sindical de CIG en Alcoa, acusó a la multinacional de boicotear la huelga y recordó que fue convocada contra la pretensión de la dirección de ejecutar una modificación sustancial de las condiciones laborales de varios trabajadores sin la preceptiva negociación con los representantes de la plantilla.

Los trabajadores de Alcoa recibieron ayer el respaldo del BNG coruñés, que criticaron la actitud vergonzosa de Alcoa en este conflicto y censuró que ataque a sus trabajadores cuando sus beneficios crecen.