El fabricante estadounidense de aluminio Alcoa registró pérdidas por importe neto de 121 millones de dólares (112 millones de euros) al cierre del ejercicio 2015, frente al beneficio neto atribuido de 268 millones de dólares (248 millones de euros) del año anterior como consecuencia del impacto negativo de las cargas extraordinarias asumidas durante el cuarto trimestre en relación con la reducción de la capacidad de la multinacional.

Sin tener en cuenta el efecto de estos elementos extraordinarios, el resultado de Alcoa al cierre del ejercicio arrojaría un beneficio de 787 millones de dólares (729 millones de euros), lo que supondría triplicar el resultado obtenido al cierre de 2014.

Estos resultados se producen cuando los trabajadores de Alcoa en A Coruña -la fábrica da empleo a casi 400 trabajadores aquí y a otros tantos en Avilés- denuncian maniobras para allanar el camino a su cierre. La factoría de momento se ha salvado de los planes de ajuste de la multinacional, aunque la dirección de la firma en España no hace más que recordar que se encuentra en una situación complicada por sus elevados costes energéticos. Tanto la empresa como sus trabajadores claman al Gobierno por un sistema tarifario que permita reducir el recibo eléctrico de la industria y censuran el sistema de subastas de bonificaciones a la tarifa que reciben las empresas que están dispuestas a reducir o parar su consumo eléctrico en caso de emergencia (interrumpibilidad), tras una modificación que redujo los incentivos para Alcoa.

La facturación de Alcoa el pasado ejercicio ascendió a 22.534 millones de dólares (20.865 millones de euros), un 5,7% inferior al dato del ejercicio precedente.

En el cuarto trimestre, Alcoa sufrió pérdidas de 500 millones de dólares (463 millones de euros), frente al beneficio neto atribuido de 159 millones de dólares (147 millones de euros) del mismo periodo de 2014, mientras sus ventas sumaron 5.245 millones de dólares (4.856 millones de euros), un 17,7% menos. Las cuentas de la compañía en el cuarto trimestre incluyen un cargo de 565 millones de dólares (523 millones de euros) relacionado con los cierres y ajustes en la capacidad del negocio de exploración y producción. Una decisión que la multinacional concentró en sus fábricas de Estados Unidos en busca de un incremento de la competitividad.

Sin el impacto de estos elementos extraordinarios, el beneficio de Alcoa habría sido de 65 millones de dólares (62 millones de euros), un 60% inferior al obtenido en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Aumento de la demanda

Alcoa espera en 2016 una demanda global récord de aluminio de 60,5 millones de toneladas, un 6% superior a la de 2015. "La demanda global de aluminio se duplicará entre 2010 y 2020", auguró la compañía, que hasta ahora ha lamentado la caída de la demanda y el descenso de sus precios a mínimos históricos. Es precisamente por la confluencia de estas dos situaciones y por la pérdida de competitividad de algunas de sus plantas que la multinacional anunció a finales de 2014 un plan de evaluación de activos y una reducción de capacidad en 750.000 toneladas de aluminio en todo el mundo que inicialmente supondría el despido de 13.500 empleados y que inicialmente circunscribía al año pasado. La firma pretendía reducir los costes en cerca de 450 millones de dólares anuales y reforzar su competitividad para enfrentarse a la crisis económica.