Abanca cerró el pasado ejercicio con un beneficio neto de 330 millones de euros, un 71% menos que el año anterior, debido sobre todo a la renuncia del banco a aplicar los créditos fiscales que permite la Ley de Sociedades a las empresas que registraron pérdidas en el pasado y que en 2014 permitieron engordar las ganancias en 556 millones, hasta los 1.157 del cierre de 2014. El vicepresidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, no descartó volver a recurrir a este instrumento en el futuro, y explicó que no se hizo durante este ejercicio porque el plan de negocio permite que la entidad no tenga necesidad de hacerlo.

Abanca mejora sin embargo un 1% su margen comercial, hasta los 354 millones, sobre todo por los ingresos por prestación de servicios. La entidad heredera de la fusión de las cajas gallegas reduce su margen de intereses del 24,6%, hasta los 421 millones. Escotet destacó los beneficios obtenidos a pesar del coste que para la entidad tiene la sentencia que le obligó a retirar las cláusulas suelo desde mayo de 2013, que asciende a 120 millones al año con los tipos actualmente vigentes, y pese al impacto de los bajos tipos de interés en sus márgenes.

Escotet, que calificó el pasado ejercicio de "estupendo", hizo hincapié en la mejora de la rentabilidad en casi un 9% (8,7%) y en el crecimiento de la financiación (52%).

El vicepresidente de Abanca aseguró también que la corporación estudia comprar otras entidades, tanto en Europa como en América, donde ve oportunidades, especialmente para un grupo como el suyo con presencia en diferentes países, una holgura de capital de 1.500 millones sobre el mínimo regulatorio (y una ratio de capital del 16%) y un gobierno corporativo robusto.