Abanca tendrá que registrar la jornada efectiva que realizan sus trabajadores, contabilizar sus horas extraordinarias y comunicárselas al finalizar el mes, según una sentencia que acaba de dictar la Audiencia Nacional y que según el sindicato CIG, abre la puerta a que los empleados del banco puedan reclamar el pago de ese exceso de jornada cuando se produzca, pero también sienta precedente para el resto de sectores y empresas con situaciones similares.

El fallo se produce como consecuencia de una demanda de conflicto colectivo presentada por el sindicato nacionalista contra Abanca Corporación Bancaria ante la "negativa de la empresa a registrar la jornada efectiva del personal y las horas extraordinarias". La central presentó la denuncia en noviembre y el resto de los sindicatos con representación en la entidad (CCOO, UGT, Csica y Asca) se sumaron a ella. La Audiencia Nacional empezó ayer a comunicar a las partes la resolución del conflicto, y advierte de que de acuerdo con el artículo 35.5 del Estatuto de los Trabajadores, las empresas tienen la obligación de registrar de forma oficial la jornada efectiva que realizan los empleados y las horas extraordinarias, pero también de comunicársela de forma personalizada a cada uno, según explicó ayer Clodomiro Montero, secretario nacional de CIG-Banca. Con ese reconocimiento, los empleados de la entidad podrán reclamar el abono del exceso de jornada que, según el sindicato, la firma se negaba a remunerar al alegar que esas horas extra no existían, lo que hace recaer sobre el empleado la "carga de la prueba" en el proceso de reclamación.

El fallo, que puede ser recurrido por Abanca y por lo tanto aún no es firme, destaca que la labor de la Inspección de Trabajo no sería posible sin este registro de jornada. En opinión de la CIG, la resolución es una "herramienta sindical" para hacer frente a la extensión ilegal de la jornada y al fraude laboral. "La última EPA [Encuesta de Población Activa] revela que el 56% de las horas extra realizadas en 2015 no fueron retribuidas; que ya se hacen más sin cobrar ni cotizar que pagadas y eso es una bolsa de fraude de la que se benefician las empresas, que mucho hablan de absentismo laboral y toman medidas en contra, pero nada de esta cuestión". La CIG sostiene que Abanca cuenta con 122 empleados menos que en 2014 y que sus empleados realizan "miles de horas extras", pero el banco se niegan a reconocérselas.