Con la pérdida de contribuyentes de rentas altas se va también una importante fuerte de ingresos para las arcas públicas. Según los últimos datos de la Agencia Tributaria, la declaración de la renta de los ciudadanos con ingresos superiores a los 150.000 euros anuales les dio a pagar en el ejercicio 2013 un total de 54,1 millones de euros -esto a mayores de lo que ya liquidaron de impuestos a lo largo del ejercicio-. Seis años antes, sin embargo, esta cantidad se situaba en 125,6 millones de euros, de manera que Galicia se quedó al menos sin 71,5 millones de euros por la pérdida del 42% de sus contribuyentes ricos durante los últimos años de dificultades económicas.

La liquidación de la renta supuso de media para los contribuyentes con más ingresos, los que superan los 600.000 euros anuales, un pago de 152.000 euros, mientras que los que están en el escalón inferior pero ganan más de 150.000 euros tuvieron que abonar unos 15.200 euros en el ejercicio 2013.

A pesar de sus mayores ingresos y de que aportan más en el pago de impuestos, las rentas altas son una minoría. Representan solo el 0,18% del total de contribuyentes de Galicia y, por lo tanto, al final su aportación a la recaudación final también es muy reducida. Según los últimos datos del Ministerio de Hacienda, no llega al 3% del total de ingresos por IRPF.