La Reserva Federal (Fed) encara una nueva reunión sobre política monetaria con notables divisiones internas y mensajes contrapuestos, entre los favorables a un subida de tipos de interés en EEUU y aquellos que abogan por postergar la decisión a la espera de mayores señales de consolidación. Si uno de los objetivos básicos de comunicación en política monetaria es ofrecer un cierto horizonte de confianza, las declaraciones salidas recientemente del banco central estadounidense parecen diseñadas justo para tener el efecto contrario: alimentar la incertidumbre.