Durante los primeros años de la crisis todos los analistas coincidían en que las empresas que sobreviviesen saldrían reforzadas. Hoy, con la recuperación económica ya en marcha, Bricoking demuestra como hace semanas hizo Caramelo que la remontada no es tan sencilla o que la recuperación no es tan vigorosa como para recuperar el tiempo y las ventas perdidas. La firma que administra Juan José Jaén acaba de solicitar el preconcurso de acreedores, o lo que es lo mismo; el plazo de un total de cuatro meses que la ley concursal prevé para que las empresas con problemas de solvencia lleguen a un acuerdo con sus acreedores y refinanciar su deuda antes de la intervención judicial de la gestión.

El empresario confía en lograr ese acuerdo en los próximos cuatro meses y se da un año para remontar esta situación, pero la crisis de Bricoking viene de antiguo. La cadena de bricolaje coruñesa firmó en 2009 una alianza a cinco años con el grupo belga Hubo, que se hizo con un 50% del capital de la compañía gallega, pero antes de cumplirse el plazo, la sociedad se rompió y Jaen recuperó el 100% del capital que había sido propiedad de su familia.

Una deuda de casi 20 millones

Pese a todo el empresario hacía hace tres años un positivo balance de la aventura, que le había permitido reducir a la mitad la deuda con los bancos, mejorar su sistema informático y la definición de un modelo de franquicia que sin embargo no se desarrolló con el éxito esperado. Bricoking tenía entonces unos vencimientos de deuda a largo plazo de 18,6 millones .

La firma asumía que su plan de expansión -desarrollado en plena crisis con el objetivo de alcanzar las 102 tiendas antes de 2015 y facturar 300 millones de euros- había fracasado y necesitaba de una vuelta. Entonces había cerrado ya una decena de tiendas y acumulaba unas pérdidas de 6,7 millones en los dos últimos años. Hoy, ese montante se eleva a los 9,5 millones en los últimos tres ejercicios.

La facturación de Bricoking cayó un 25% entre 2012 y 2014 y esto agrandó las pérdidas que ya sufría antes de que el azote de los últimos años de la crisis coincidiese con la llegada a Galicia de nuevos competidores como Brico Depôt o Leroy Merlin. La compañía ya advirtió antes del fin del año pasado a algunos de sus proveedores de su incapacidad para hacer frente a los pagos pendientes y ofreció un plan para saldarlos en plazos de entre seis y 18 meses. El aviso se produjo un año después de que la compañía lograse un acuerdo con la banca para renovar un crédito sindicado que le daba de plazo para amortizar una deuda pendiente de 10 millones hasta 2019. Juan José Jaén sin embargo cree que la situación actual no compromete el futuro del grupo que da empleo a 200 personas, sobre todo en Galicia.