Una gigantesca impresora 3D, alimentada con barro y paja, es capaz de fabricar casas de adobe con un precio de producción de 35 euros. Sus creadores, de la firma italiana Wasp, solo construyeron por el momento una de estas casas, que está en su sede de Massa Lombarda, pero ahora tienen pedidos de varios países e incluso se plantean edificar "un pueblo entero".

El socio de Wasp y experto en fabricación digital e impresión 3D, Gianluca Pugliese, destaca en una entrevista a Efe el marcado "carácter social" del proyecto, porque señala que uno de los destinos idóneos para estas casas de adobe son las zonas en las que se ha producido una catástrofe y hay que realojar a la población que ha perdido su vivienda. "Es una forma de utilizar la tecnología para ayudar a quien lo necesita", subraya.

Una enorme impresora 3D, de 12 metros de alto y 7 de ancho, que no requiere más materia prima que barro y paja, es la encargada de moldear las casas.

Pugliese detalla que se necesita únicamente un equipo de cuatro personas para montar la máquina, para lo que se tarda dos días, y "darle de comer". A un ritmo de 50 centímetros diarios, la impresora levanta la estructura principal de la casa en una semana. El resultado es una estructura de forma circular, de 6 metros de diámetro y 4 de altura, hueca en su interior y sin techo.