El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no satisfizo ayer las inquietudes generadas desde hace un mes en la comarca de Fisterra después de que Ferroatlántica anunciase que negocia la venta de las siete centrales hidroeléctricas que explota en los ríos Xallas y Grande, con concesiones administrativas de la Xunta. Feijóo reconoció ayer en el Parlamento de Galicia que esos permisos para explotar los saltos de agua impiden segregar la actividad energética de la industrial de ferroaleaciones vinculadas a ellas, pero añadió: "con los datos que tiene" ahora mismo el Gobierno autonómico, una matización que sentó mal a los trabajadores de Cee y Dumbría.

El líder del Ejecutivo gallego hizo estas afirmaciones al día siguiente de que su grupo aprobase en solitario en el Parlamento una proposición no de ley para encargar estudios "técnicos y jurídicos" sobre el anuncio de Ferroatlántica y sobre su "compatibilidad" con las condiciones existentes en las "resoluciones administrativas de transmisión de la titularidad" de las centrales. La iniciativa compromete que el Gobierno autonómico mantenga informados a los trabajadores y que sus actuaciones se dirijan a "salvaguardar los empleos, las actividades industriales y energéticas y la competitividad de las empresas".

La proposición no de ley del miércoles sentó mal en el Concello de Cee, donde una representación de los trabajadores mantiene un encierro reivindicativo desde el pasado lunes para exigir que Feijóo los reciba y exprese un rechazo contundente a la venta de las centrales. Y la respuesta que Feijóo dio ayer a una pregunta del portavoz de En Marea, Luis Villares, sobre esta cuestión y la iniciativa del día anterior generaron más desconfianza, dado que sus argumentos servirían para defender tanto los intereses de los trabajadores como los de la empresa que busca una operación de venta. Feijóo confirmó que la Xunta no ha recibido ninguna comunicación de la empresa y añadió: "Con los datos que tenemos entendemos que el interés público sigue unido a las concesiones (de explotación hidroeléctrica), por lo que no podríamos autorizar [la supuesta segregación] en los términos actuales". Villares reiteró la petición de la plantilla y el presidente gallego alegó en su defensa que su gobierno la recibió cuando estaba en funciones, en referencia al encuentro que mantuvo el conselleiro Francisco Conde con el comité de empresa. Feijóo anunció además que se reunirá con alcaldes de la comarca esta semana y que la Xunta seguirá en contacto con el comité de Ferroatlántica, tanto con el de esa comarca como con el de Sabón (Arteixo), donde el grupo también tiene una planta.

El presidente rebatió a Villares que hasta que la empresa no se dirija por escrito a la Administración, ésta no puede pronunciarse aunque, apuntó, con la información que tiene actualmente el Gobierno gallego no considera que haya cambiado nada. "Pensamos que tiene que seguir unida la hidroeléctrica a la explotación industrial en la Costa da Morte", concluyó.

"Cumplimiento escrupuloso"

Tras la iniciativa del PP del martes y la pregunta de En Marea que Feijóo contestó ayer por la mañana, el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, se mostró por la tarde algo más contundente en sus respuestas a las iniciativas de PSdeG y BNG al asegurar que la Xunta exigirá a Ferroatlántica un "cumplimiento escrupuloso" de las condiciones de la concesión. Noa Presas, del BNG, pidió explicaciones de las "oscuras relaciones" entre el PP y el presidente del grupo, Juan Miguel Villar Mir y Dolores Toja, del PSdeG, advirtió de que la venta de las centrales provocaría una pérdida de 700.000 euros en salarios en la comarca de Fisterra.

"Las declaraciones del presidente de la Xunta son muy ambiguas. Un día encargan un estudio jurídico para saber qué tienen que hacer para autorizar lo que la empresa quiere hacer y al siguiente dice que no se puede con la información que tiene ahora la Xunta", dijo ayer tras el pleno del Parlamento el portavoz del comité de empresa de Ferroatlántica en Cee y Dumbría, Alfonso Mouzo.

Los empleados mantienen el encierro iniciado el lunes y rechazan la venta y el plan industrial que dice preparar para relanzar con los fondos obtenidos la actividad de los hornos de ferroaleaciones de la comarca y crear nuevas instalaciones de silicio solar y biomasa. Temen que Ferroatlántica consiga un permiso para la venta a cambio de un plan que, pronostican, no se cumplirá o no garantizará el empleo en Galicia. Hay antecedentes, alertan, de inversiones prometidas en la comarca fisterrá que todavía no han llegado, algunas anunciadas por Feijóo.