La pobreza energética generó esta mañana en el Parlamento un enfrentamiento entre el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el portavoz de En Marea, Luís Villares, que lo acusó de "desviar" fondos destinados a ayudas para pagar el recibo de la luz mediante métodos que comparó con Luís Bárcenas, extesorero del PP juzgado por financiación ilegal, y beneficiar a las grandes compañías de electricidad. "Nosotros abrimos 2.400 expedientas a las eléctricas, importes, 23,8 millones de euros. Así defendemos a los consumidores", se revolvió Feijóo haciendo balance desde 2009. La imposición de las multas queda supeditada a la reclamación de las compañías afectadas.

El cara a cara de ambos tuvo como principal motivo de disputa la utilizado de 1,3 de los 2,1 millones de euros presupuestados el año pasado por la Xunta para ayudas para pagar el recibo de la luz a cuestiones como la iluminación de la Cidade da Cultura. "Querían ocultar que quitaban dinero de ayudas a la gente para enterrarlo en el Gaiás", espetó Villares.

Feijóo pasó al ataque sobre una cuestión de actualidad por la ola de frío de las últimas semanas y los máximos históricos que ha acumulado el precio de la energía. El presidente de la Xunta alegó que se atendieron todas las solicitudes recibidas -que cumplían los requisitos- y el sobrante se destinó a otros usos.

Ahí comparó la situación con la decisión del Concello de A Coruña, donde gobierna Marea Atlántica, de reducir 1,8 de 2,1 millones para otras partidas diferentes a la renta social.

La estrategia se repitió y durante la sesión Feijóo también atizó al PSdeG con la situación de los jóvenes en Andalucía para rebatir las críticas del portavoz parlamentario socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga, que le afeó que, pese a haber menos menores de 30 años, su situación laboral sigue siendo precaria.

El presidente autonómico anunció que la Xunta aprobará mañana una inversión de 22 millones para políticas activas de empleo. "No me pida que copie las políticas de paro juvenil del PSOE", le afeó a Leiceaga, que le reprochó que solo se beneficiasen 16.000 personas del programa de garantía juvenil de las 80.000 a que iba destinado.

Por último, Feijóo y Pontón reeditaron su duelo sobre financiación autonómica. El primero atacó a la líder del BNG mediante la situación de Cataluña en una estrategia similar a la empleada con Villares y Leiceaga. "Seguiré defendiendo a Galicia y no a Cataluña porque tengo las mismas competencias, pero con una diferencia. Yo mantengo a Galicia solvente y él quebró Cataluña", espetó tras descarar por lesivo el cupo económico gallego que demanda en solitario el Bloque.

Pontón cifró en 3.500 millones el beneficio de un sistema fiscal propio para la comunidad.