La economía de Galicia está cerquísima de alcanzar los niveles previos a la crisis, que es una de las obsesiones de expertos y de las administraciones para dar por finiquitada la alargada sombra de la doble recesión. Como ya avanzó este diario, la producción del tercer y el cuarto trimestre del pasado año fueron de récord y, con los datos del ejercicio completo que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE), al Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad le quedan solo unos 267 millones de euros para colocarse por encima del máximo histórico de 2008. Pero el panorama que viene con la recuperación trae grandes diferencias entre la actividad de entonces y la de ahora. Galicia avanza sin descanso hacia la famosa "terciarización". Cada vez pesa más el sector servicios a costa de los que en otros momentos fueron grandes motores del tejido productivo, incluso una de esas actividades, la del comercio y la hostelería, junto con el transporte, acaban de protagonizar un hito. Su contribución al PIB supera ya al que tienen la industria y la construcción juntas.

"El sector servicios aportó en 2014 el 69% del valor añadido generado en Galicia", explica la Xunta en su memoria del Plan Estratégico 2015-2020 con el que quiere trazar las líneas maestras para la revitalización económica y social de la comunidad. Algo, como señala el informe, que no es muy distinto a lo que sucede en otras economías occidentales, aunque con el matiz de que, a diferencia del resto del país e incluso en comparación con países vecinos, la construcción aquí tiene un peso superior y la industria, en cambio, no llega a la media española y europea. "Esta situación es el resultado de una evolución reciente en la que se fue transformando la economía gallega -admite el diagnóstico previo al Plan-. De hecho, si se realiza un análisis a más largo plazo, en los últimos treinta años el peso del sector primario se redujo de forma notable, pero también se aprecia una pérdida de peso del sector industrial y la importancia de la construcción en los años expansivos de la pasada década".

Los bienes y servicios que genera hoy Galicia suman 58.113 millones de euros. ¿Cómo se reparten? Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca concentran el 4,6%. La industria representa el 16,6%, el 12,4% las manufacturas. La construcción, un 6%. Los servicios generan más de seis de cada diez. Y el 9,6% restante viene de los impuestos que pagamos en los productos, una vez descontadas las subvenciones a las empresas.

Los datos sobre la evolución del negocio del sector servicios sirvieron de aperitivo para hacerse una idea de su avance en el conjunto de la economía autonómica. La facturación en 2016, según el IGE, se disparó cerca de un 9%. Un incremento del que no hay precedentes al menos en la última década. Es cierto también que la actividad acumuló durante la crisis un notable descenso del 16%. En la reconquista del territorio perdido juegan un papel protagonista el comercio, con un alza de la cifra de negocios del 10,2%; la hostelería, que remontó un 8,6% -y van ya dos ejercicios por encima del 8%-; y las actividades de administraciones y los servicios auxiliares a empresas, que subieron un 12,6%.

Esto fue definitivo para que el valor añadido del sector servicios el año pasado ascienda a 36.735 millones de euros, otro máximo, y su peso en el PIB de la comunidad salte del 62,8% al 63,2%. Del total, el comercio, transporte y hostelería suman 13.278 millones de euros, cerca del 23% de la economía gallega y seis décimas más que en 2015. En 2008, el mejor ejercicio del PIB de la comunidad, suponían el 20,7%; y a comienzos de siglo, el 19,6%.

En aquel momento, en el año 2000, la pata más fuerte del sector servicios aventajaba por muy poco a la producción de la industria, que alcanzaba el 19,4%. Pero, como admite el Plan Estratéxico de Galicia para 2020, el sector no deja de desinflarse. A pesar de un crecimiento anual del 2,5% -menos, por tanto, que el total del PIB, que se incrementó un 3,1%-, su peso en la economía desciende otra vez, del 17% al 16,6% (9.665 millones de euros). El segundo porcentaje más bajo de la historia reciente, tras el 16,4% en el que estaba en el arranque de la primera recesión. La industria manufacturera creció algo más, un 3,5%, pero sigue anclada en el 12,4%. La mitad de lo que viene del comercio y la hostelería. A pesar del esfuerzo en medidas y apoyos económicos para la reindustrialización, a la Xunta se le complica el objetivo de llegar a 2020 con la industria de nuevo en cotas del 20%.

La construcción tampoco se mueve del 6% del PIB que alcanzó en 2015. En su caso, el incremento anual fue del 3,1%, con un valor de su producción de 3.482 millones. En 2008 movía casi 6.500 millones, el 11,1%.

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