El secretario general de CCOO, el gallego Ignacio Fernández Toxo, anunció ayer que no optará a la reelección como máximo dirigente del sindicato por "una decisión personal, pero no por razones personales" y porque considera que es el momento de dar paso a las nuevas generaciones, con el vasco Unai Sordo al frente.

Fernández Toxo comunicó su decisión en la reunión extraordinaria mantenida por el Consejo Confederal de CCOO para debatir los objetivos del XI Congreso Confederal que se celebrará entre el 29 de junio y el 1 de julio y que aprobó la candidatura de Sordo, secretario general de Comisiones Obreras en el País Vasco.

"No dejo un sucesor, no dejo un delfín", explicó el ferrolano, quien indicó que Sordo no es su candidato, sino el del consejo. "Podría haber optado a un tercer mandato, así me lo habían sugerido la totalidad de las organizaciones a través de sus secretarios generales a lo largo de consultas que he hecho en los últimos meses", informó Toxo, que defendió que, en su opinión, la transformación que afronta el sindicato justifica su relevo en la dirección.

Para ese relevo, Comisiones Obreras "tiene la ventaja", aseveró Toxo, de contar con un "buen banquillo", e insistió en que Sordo cuenta con el respaldo de la totalidad de las organizaciones porque consideran que se trata de la persona que reúne las mejores condiciones para liderar la formación.

El sindicalista gallego, que abandonará el cargo tras ocho años al frente y que en noviembre cumplirá 65 años, aseguró que aunque se sentía con fuerzas para un tercer mandato es "muy consciente" de la edad que tiene y que por eso ha decidido dar "un paso atrás". "Terminaría con 68 años y los tiempos exigen dirigentes de otra edad", afirmó al anunciar su marcha.

Fernández Toxo accedió a la secretaría general de Comisiones Obreras en diciembre de 2008 en sustitución de José María Fidalgo, al que desbancó por una diferencia mínima de votos (28) y fue reelegido para un segundo mandato en febrero de 2013, por lo que lideró la central sindical durante toda la etapa de crisis económica.

"Es una decisión personal, pero no por razones personales", reiteró, apuntando que su renuncia tiene que ver con su manera de entender el sindicato y el profundo proceso de transformación al que se ha sometido en los últimos años.

Las reacciones a su decisión no tardaron en llegar y entre ellas estuvo la de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, que sostuvo que respeta la decisión del todavía líder de CCOO y señaló que el Gobierno seguirá sumando con Comisiones Obreras en favor del empleo. En su cuenta oficial de Twitter, la ministra definió al gallego como una persona "comprometida, dialogante y clave" en los grandes acuerdos para España.

"Respeto a la decisión de @Toxo. Comprometido, dialogante y clave en grandes acuerdos para España. Seguiremos sumando con @ccoo por el empleo", escribió Báñez en esta conocida red social.