La preocupación y la indignación corrió ayer como la pólvora por la factoría de Cee después de que un accidente acabase con tres heridos, dos de ellos hospitalizados. Pudo haber sido mucho peor, coinciden todos los consultados, que llevan siete meses en tensión. El plan de venta de las centrales hidroeléctricas ha sido percibido puertas adentro de las factorías de Cee y Dumbría como una amenaza a los casi 400 empleos que concentran las comarcas de Fisterra y A Costa da Morte.

El portavoz del comité reconoce que al no disponer de información oficial sobre lo ocurrido no puede aventurar las causas del siniestro pero advierte de que desde que hace tres años, la fábrica de Cee tiene adjudicados bloques de interrumpibilidad, la presión por cumplir los niveles mínimos de consumo y producción han añadido más tensión. Al personal pero también a la maquinaria.

El comité hace meses que denuncia que los hornos que antes se paraban durante tres meses al año para labores de mantenimiento, lo hacen ahora sólo quince días, lo que considera insuficiente para que las labores se realicen de forma adecuada. "Ahora tenemos que consumir siempre 91 megavatios por hora y si un horno se avería, hay que darle la máxima potencia a los demás para mantenerse ahí. Y las reparaciones tienen que hacerse a toda velocidad. Es una presión constante que se une a la que tenemos de más desde que hace siete meses con la venta de las centrales", expone Mouzo.