Como en los casinos, la casa siempre gana cuando se trata de la Administración. Resulta más gravoso adelantar la jubilación que beneficioso para el trabajador prorrogar la actividad laboral y así elevar la cuantía a percibir como pensión. Para adelantar el retiro, un ciudadano debe contar con al menos 35 años cotizados y haber cotizado hasta al menos dos antes de entrar en esa fase. Es decir, esa opción se abriría para los que tuviesen 63 años y cinco meses. Pero perderían entre un 8% y un 6,5% de su paga por trimestre.

En cambio, quien mantiene su estancia en el mercado laboral ganaría para su pensión un 2% por cada año adicional, porcentaje que se elevará al 3% si se superaron las cuatro décadas cotizadas, según la norma actual.